“Se requiere que haya conciencia de que en la controversia con Nicaragua también se juegan los intereses de otros países”, advirtió Cepeda en el diario capitalino.

Y para ilustrar su tesis, plantea los siguientes ejemplos:

  1. La controversia entre Filipinas y otros países con China, en el mar del sur de China.
  2. Las pretensiones de Rusia sobre el Ártico que no han sido revisadas todavía por la Comisión de Límites de la ONU.
  3. La disputa entre Somalia y Kenia en que se discuten inmensos recursos, en especial hidrocarburos, aunque ambos países son parte de la Convención de Derecho del Mar.

“Colombia no podía exponerse a ser el conejillo de indias compareciendo a la etapa sobre el fondo, en el proceso sobre plataforma continental extendida, en momentos en que la Corte cambió y abandonó su jurisprudencia”, le dijo Cepeda a El Espectador, al explicar la decisión de Colombia de no comparecer más ante la Corte Internacional de Justicia por las demandas de Nicaragua.

Al explicar por qué la controversia entre Nicaragua y Colombia puede incidir en los diferendos de otros países, Cepeda dijo: “Si la Corte define cuál es el derecho de la delimitación de la plataforma continental extendida en el Caribe, fijará precedentes que favorecerán o perjudicarán a diferentes Estados que tienen interés en su propia plataforma o en frenar la de su contraparte en otras partes del mundo”.

En este caso del Caribe, sostuvo que “está en juego la estabilidad de las relaciones entre casi todos los Estados con costas o islas en el mar Caribe. Ya Jamaica, Costa Rica y Panamá se opusieron a las pretensiones de Nicaragua”.

Preguntado sobre si por esa razón estaría comprometida la convivencia caribeña, Cepeda sentenció: “Sí. La Corte estaría creando un semillero de conflictos entre países ribereños”.

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