“Mire, periodista, en nuestra lucha hemos cometido muchos errores, pero ninguno como ese… jamás habíamos lidiado con alguien tan insoportable”, le dijo un guerrillero al cronista de guerra Samper en un imaginario retén en el Catatumbo.

Otro guerrillero cuenta su experiencia cuando trató de atarla:

“Entonces comencé a amarrarla y ahí fue cuando me gritó: ¿pero cómo cojones me estáis poniendo la cabuya?; ¿quién coños os ha enseñado a ser guerrilleros? Y ahí me rapó la cuerda y se amarró a ella misma”, recordó uno de ellos.

Fue tan insoportable la experiencia de los guerrilleros que un comandante afirma que comenzaron las deserciones, que pronto se convirtieron en una desbandada.

“Yo le dije: doña Salud, las cosas están pasando de castaño a oscuro, y ella me dijo que si eran castaño, ella hacía el prólogo”, dijo el guerrillero, citado por el cronista de guerra.

Samper cuenta que varios guerrilleros se volvieron franquistas y otros iniciaron huelga de hambre para presionar por su liberación. Hasta los zancudos resultaron afectados: uno picó a Salud y contrajo zika.

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