Malo si sí, malo si no

María Jimena Duzán teme que el plebiscito por la paz sea aprovechado por los votantes para manifestar su descontento general (ya demostrado por las encuestas recientes) por la gestión del presidente Santos, “porque el acuerdo de paz se convertiría en una incomodidad fatídica, en una especie de alma en pena viviente y en un imposible”.

Pero su columna en Semana también plantea la otra posibilidad: “Si Santos gana el plebiscito, también pierde. El país quedaría mucho más polarizado debido a que el uribismo sería señalado como el único grupo que se negó a subirse al bus de la paz”.

En conclusión, votar el plebiscito “es un salto al vacío”, según Duzán.

Solo dos se salvan

“El presidente Santos está solo”, dice Abelardo de la Espriella al inicio de su columna de El Heraldo, donde hace un balance de los actuales ministros y el panorama nacional: “La economía hecha harapos; el proceso de paz, en crisis; el ELN, haciendo desastres como antaño; un racionamiento eléctrico a la vuelta de la esquina; el campo colombiano, arruinado; las exportaciones, languideciendo, y las importaciones, in crescendo; la criminalidad exacerbada, y la corrupción, disparada”.

Para el abogado, el presidente “está rodeado de una manada de incompetentes que no resuelven nada, lo que obliga a Santos a poner, cada tanto, la cara por cuenta de la mediocridad de sus subalternos” y de todos los ministros, son David Luna (Comunicaciones) y Luis Felipe Henao (Vivienda) “los que sacan la cara y deben quedarse”.

“Estos son los partidos que devuelven la fe en el fútbol”

Así concluye la columna de Hernán Peláez para el diario deportivo As, donde comparte con los lectores el “gustazo (que se dio) de disfrutar un buen partido entre Medellín y Santa Fe”.

El veterano comentarista destacó que los arqueros (“más Castellanos”) salieron figuras, lo que habla de dos equipos que “llegan, atacan y buscan el gol”.

“Perdió Santa Fe sin renunciar a su espíritu y el Medellín devolvió a sus hinchas con creces una victoria bien trabajada. Me pareció tan bueno el partido que hasta el árbitro Ararat trabajó con seriedad y sin errores importantes”, resume Peláez.

José Néstor Pékerman salió del molde

“La nómina (de la selección Colombia) se ve renovada y en algo está acertando Pékerman: llamando a los que andan bien y dejando a un lado la vieja estrategia de mantenerse siempre con la misma guardia pretoriana”, opina Iván Mejía en su columna de El Espectador.

El periodista pondera las ausencias de Macnelly Torres y Alexánder Mejía y la aparición de Farid Díaz, y considera que “algunas posiciones presentan sobre el papel un déficit. No hay un tercer zaguero central para La Paz, por lo menos que haya estado en microciclo o en selección y esté disponible”.

“De todas maneras, faltan los de afuera y allí pueden estar las sorpresas provenientes de México, donde más de uno está haciendo méritos para una convocatoria”, concluye Mejía.

El Niño no tiene la culpa

La crisis eléctrica estaba cantada: “Se les dijo, se les advirtió”, escribe Mauricio Vargas evocando al fallecido humorista uruguayo Hébert Castro, y culpa a la Creg y al Ministerio de Minas por no tomar medidas a tiempo.

“No culpen al Niño […], ni a los accidentes ocurridos. La culpa es de la indolente imprevisión de quienes tenían la responsabilidad de tomar decisiones que no tomaron”, dice en su columna de El Tiempo. “El Ministro se fue, pero ahí siguen los señores de la Creg, como si el asunto no fuera con ellos. Al menos el Senado ya pidió sus cabezas”.

Que la paz no se queme en la puerta del horno por culpa de la politización

El Gobierno del presidente Santos tendrá que replantear los últimos pasos del proceso de paz con las Farc, para evitar que todos los esfuerzos y las expectativas que motivaron la aventura de una paz concertada con la guerrilla más antigua del mundo, se despedace en el último tramo; en la peor situación para la popularidad de Santos y con más incertidumbre que certeza, hoy más que nunca los colombianos esperan que se surta el mecanismo constitucional que avale los acuerdos, más allá de los desaciertos del gobierno y la guerrilla de las últimas semanas, para el bien común de la Nación y la salud mental de los colombianos, expresó el director de opinión de El País de Cali, Luis Guillermo Restrepo Satizabal.

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