El caso se presentó el domingo 17 de julio de 2016 en las horas de la tarde en la sucursal del World Trade Center, reseña El Espectador.

El demandante es el ingeniero de sistemas Eduardo Cuervo Rojas, de 66 años.

Cuando ocurrieron los hechos los empleados del local no auxiliaron inmediatamente a Cuervo, quien se quejaba del dolor de rodilla. Luego, le pasaron un paño para limpiarse los restos de café y lo compensaron con un expreso gratis en otra mesa.

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Cuando los dolores se intensificaron y no logró contactar por internet a la empresa para quejarse, Cuervo regresó al local donde una empleada le dijo que no tenía los teléfonos de Starbucks, representado por la sociedad Estrella Andina SAS, y “le sugirió aplicarse una pomada”.

La Superintendencia de Industria y Comercio no le aceptó la demanda por vicios de procediniento, pero más adelante Cuervo volvió a insistir ante el ente por publicidad engañosa, “en la medida en que se promocionan los Starbucks como un refugio para disfrutar con los amigos pero su accidente muestra lo contrario.

Tres meses después, Cuervo volvió al local. Esta vez le suministraron los datos de los abogados de Starbucks, y ellos le entregaron 3 millones de pesos para cubrir gastos médicos, y le ofrecieron una compensación por otros 10 millones, la cual no aceptó.

Ya son por lo menos un centenar de gestiones que Cuervo ha hecho para hacer valer sus derechos”, dice El Espectador.

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