Está decidida a dar la pelea ante una instancia superior, afirmó a El Espectador, dado que considera que la universidad vulneró su derecho a la libre expresión, al desarrollo de la personalidad y la dignidad humana, cuando fue separada de la cátedra de literatura debido a sus críticas contra el ‘alma mater’.

Sostiene que fue víctima de un ataque desconsiderado por parte de la autoridad universitaria a la que cuestionó por el intento de marginarla y callarla en una dura discusión contra el matoneo de un grupo estudiantil en Facebook.

La Universidad de los Andes me acusó de haber afectado la convivencia, pero nunca ha explicado de qué manera ni en qué medida”, dijo a la periodista Cecilia Orozco.

Agregó que:

Por la vehemencia de mi denuncia del acoso, los Andes consideró que había afectado a la universidad. Adicionalmente, hice críticas que les resultaron molestas al rector (Pablo) Navas y a otros miembros de la comunidad, en especial después de que el rector expresara en una carta a todos los estudiantes y profesores su descalificación hacia mí”.

Sanín, como es característico en ella, fue directa y polémica en su entrevista con el periódico. Resumió que la Universidad de Los Andes tiene grandes fallas, entre ellas la de creer algunas veces que su misión es la de “generar estatus” y “en la soberbia que demuestra con respecto al país donde se encuentra”.

Estos son algunos de los apartes más polémicos de la entrevista que entregó a la edición dominical de El Espectador:

  • “Actué de acuerdo con mi convicción sobre la verdad y la justicia, y conforme a mi naturaleza. Tres meses después esa convicción es la misma, y yo no soy otra”.
  • “Ninguna distancia temporal va a hacer que yo acuse con palabras como “con todo respeto, perdón, pero me parece personalmente que eres un delincuente”, o alguna variante de eso, porque creo que el enredo y la hipocresía no contribuyen a que nos entendamos mejor, sino que impiden que nos entendamos”.
  • “Parte de lo que dije era inútil o innecesario. Parte de lo que dije fue estridente, exagerado y ligero (como cuando dijo que Los Andes es un “centro comercial de títulos”). No por eso era intolerable, y no era falso”.
  • “Desde tiempo atrás había expresado abiertamente mis críticas con respecto a la universidad, a su relación con el espacio público y al programa Ser Pilo Paga, que, a mi modo de ver, beneficia a las universidades privadas mientras destruye la educación pública”.
  • “No me arrepiento de nada y tampoco estoy tranquila. Estoy firme y cansada”.
  • “He criticado con dureza, pero nunca he amenazado, acosado o calumniado a nadie. Por cierto, no he dejado a nadie sin trabajo porque me haya criticado”.
  • “Un profesor universitario que limite su libertad para no causar descontento está actuando irresponsablemente como educador”.
  • “Me parece que es lamentable que la universidad, donde supuestamente se aprende a comprender y a analizar contenidos, no haya demostrado, al decidir mi caso, el criterio, el razonamiento, la capacidad de lectura y la habilidad de juzgar con proporcionalidad y de dialogar”.
  • “Aprendí que las cosas cambian aunque uno no quiera que cambien, o mejor, aunque uno crea que no quiere que cambien”.
  • “(Internet) Puede hacer que la gente crea que todo lo que lee procede del pensamiento, cuando mucho procede de la reacción”.

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