Entre el 5 y el 22 de marzo, en una guardería de Yarumal, el cura abusó sexualmente de un niño de 5 años, informó la Fiscalía en agosto de 2010.

Para garantizar que el pequeño no le contara a nadie, el sacerdote lo amenazaba con echarlo al corral de la marrana, según el ente investigador.

La guardería estaba a cargo de un familia del sacerdote, que fue condenado a 70 meses de cárcel.

Al enterarse de que el padre volvió a dar misa, la madre de la víctima expresó su molestia pues su hijo aún tiene secuelas de lo ocurrido: “Sigue en cuarto de primaria. Es retraído. No juega con los amigos. No sale”, dijo la mujer, en medio de las lágrimas, consultada por RCN Radio.

Sin embargo, monseñor Jorge Alberto Ossa, obispo de la diócesis de Santa Rosa de Osos, justifica la decisión de haber nombrado a Ruiz Zabala como vicario: “Al hacer el proceso eclesiástico, se archivó el proceso porque no había pruebas suficientes”, declaró Ossa a la misma emisora.

“Temor y dudas tiene que tener uno sobre toda la gente. Pero vuelvo y digo: juzgar a las personas, volverlas a juzgar es muy difícil”, añadió el obispo.

Ossa hace estas afirmaciones a pesar de que la Corte Suprema de Justicia, en 2012, confirmó la condena contra Ruiz Zabala, que quiso impugnar el fallo en su contra con una tutela, argumentando una supuesta vulneración de derechos.

Por su parte, el abogado experto en Derecho Canónico Elmer Montaña le dijo a RCN Radio que la diócesis debió expulsar al sacerdote abusador.

Algo similar opina monseñor Orlando Corrales, arzobispo de Santa Fe de Antioquia: “Algo que uno tiene que hacer es suspender al sacerdote. No es solamente que no ejerza, sino ya quitarlo [del sacerdocio]”.

Montaña cree que Ruiz Zabala pudo haber cometido otros abusos: “Lo que se ha venido demostrando es que estos pederastas son, por regla general, reincidentes”.

La parroquia en la que el cura abusador ejerce como vicario hace parte de la diócesis de Santa Rosa de Osos.

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