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Luego, Uribe dirigió una carta a las autoridades y al Congreso de Estados Unidos en la que reeditó sus críticas al proceso y al gobierno Santos, y repitió muchas afirmaciones, algunas de las cuales han sido calificadas como francas mentiras.

Aunque aclara que “el actual gobierno (Santos) no ha llegado tan lejos como Maduro en Venezuela”, asegura que su “herencia permitirá a los posibles gobiernos débiles o pro Farc del futuro adoptar el mismo camino”.

“La gente pobre en la desesperación, sin esperanza debido a la ausencia de inversión privada y afectada por la violencia, no apreciará la diferencia entre nuestro estado de derecho y la tiranía vecina. Colombia necesita cambios profundos, de lo contrario estamos condenados a convertirnos en el segundo pensamiento de Maduro”, agrega.

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El resto del texto no es sino la repetición de la repetidera, pero con la clara intención de afectar la percepción del proceso y el Gobierno colombiano en Estados Unidos y el flujo de la ayuda hacia el país, en particular los dineros del Plan Colombia, o como se rebautice a la luz de los acuerdos firmados con las Farc (¿Paz Colombia?).

En su comunicación Uribe les dice:

  • Que los cultivos ilícitos han crecido;
  • Que el gobierno dejó de fumigarlos, privilegiando la erradicación manual, con el consentimiento de las comunidades, lo que equivale al consentimiento de las Farc;
  • Que las Farc diseñaron su propia justicia, que los jueces (que los procesarán) serán elegidos por gente permisiva con el terrorismo y afín a la ideología de esta organización;
  • Que las cabecillas de las Farc han sido premiadas con impunidad y elegibilidad política;
  • Que los crímenes atroces quedarán impunes, que no habrá cárcel;
  • Que el narcotráfico es calificado como un crimen conexo con el delito político por haber financiado la rebelión;
  • Que la Constitución ha sido reemplazada por los acuerdos con las Farc;
  • Que el Gobierno desconoció el No resultado del plebiscito;
  • Que el acuerdo con las Farc es una limitación y amenaza al sector privado;
  • Que las Farc no han devuelto todas las armas;
  • Que las Farc no han devuelto a todos los menores que había reclutado

A propósito de esta ofensiva diplomática paralela, los periodistas de RCN Radio fueron los que formularon la pregunta de cuál era la diferencia con Piedad Córdoba, que también acostumbraba salir a dar quejas fuera del país, y que en su momento fue calificada, por los uribistas, como traidora a la patria.

Los políticos de partidos diferentes al Centro Democrático ya respondieron la pregunta.

“El expresidente Uribe ya está haciendo campaña contra la paz dentro y fuera del país; siempre ha sido su actitud permanente. Y creo que hay que examinar si esa reunión en Estados Unidos ha sido un acto de traición a la patria”, dijo el senador del Polo Democrático Iván Cepeda, citado por RCN Radio.

Cepeda, en Twitter, también se manifestó al respecto: “Que no mientan: instigar en el extranjero para debilitar proceso de paz o conspirar para que se reanude la guerra es traición a la patria”.

“Pareciera que el expresidente Uribe estuviese invitando a Estados Unidos a que interviniese en los asuntos internos de Colombia, y eso, viniendo de un expresidente, es doblemente inaceptable. Es un pisoteo absolutamente cuestionable de la soberanía de Colombia y, por supuesto, un pisoteo de la dignidad de los colombianos”, dijo Antonio Sanguino, de la Alianza Verde, también citado por RCN Radio.

En el mismo sentido se pronunciaron Roy Barreras y Horacio Serpa.

“Los expresidentes Uribe y Pastrana se metieron a una reunión social en Miami para poder conspirar en contra del país. Yo recuerdo que en la época del expresidente Uribe a Piedad Córdoba la llamaron traidora a la patria por hacer menos que eso”, dijo Barreras, según La FM.

“Uribe y Pastrana acusaron a los colombianos de querer hacer la paz. ¡Valiente postura! Si Trump recibió a Uribe y a Pastrana antes que a Santos, es que el presidente gringo está por la guerra en Colombia. Nadie lo dude”, escribió Serpa, en Twitter.

Como no es la primera que Uribe lo hace, la misma pregunta la formuló El Espectador el 15 de julio de 2016, cuando el expresidente fue a decir a España que “el presidente Juan Manuel Santos había caído en manos del comunismo, que la situación en el país era peor que la de Venezuela”.

“En marzo de 2007, la entonces senadora liberal Piedad Córdoba, en un foro en Ciudad de México, les pidió a los ‘gobiernos progresistas’ de América Latina romper relaciones diplomáticas con Colombia. “Nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del Gobierno. Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar”, dijo Córdoba, según recuerda El Espectador.

El Espectador también recuerda que cuando las organizaciones de derechos humanos denunciaban en Europa la persecución de que eran objeto en Colombia, el gobierno colombiano, a través de su ministro de Gobierno en ese entonces, Fernando Londoño, las acusaba de “aparatos subversivos no armados”.

RCN Radio reveló que quien hizo posible la reunión con el presidente Donald Trump fue el congresista republicano Marco Rubio, cuya esposa es de origen colombiano, y que ha hecho declaraciones en favor de quienes votaron por el No en el plebiscito sobre el proceso de paz.

María Elvira Samper, del equipo de RCN, también agregó que el cabildeo de Uribe no se ha limitado a hablar, sino a frenar inversiones en Colombia.

“Tengo fuentes que me aseguran que en algunos países incluso el expresidente Uribe ha tratado de impedir que se hagan negocios en Colombia por cuenta de su animadversión con el presidente Santos”, dijo.

¿Son estas acciones oposición lícita?

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