A estos cierres programados, como sucede en el aeropuerto El Dorado, se suman las difíciles condiciones climáticas que terminan por complicar el panorama aéreo.

Además de eso, porque en Bogotá se ha concentrado casi toda la carga de pasajeros que llegan o se desplazan a distintos puntos del país, como asegura el director de la Aeronáutica Civil, Alfredo Bocanegra.

“Bogotá tiene una concentración enorme en conexiones internacionales y en vuelos nacionales, por eso es tan impactante lo que sucede. Lo primero que reconocemos es que estamos frente a una crisis”, explicó Bocanegra, palabras que recoge la entidad en su cuenta de Twitter.

Como la mayoría de retrasos, cancelaciones y reclamos de viajeros involucran a Avianca, aerolínea con el mayor número de operaciones diarias, la compañía emitió un comunicado tratando de explicar la situación a los pasajeros.

“Además de los problemas climáticos (niebla densa en aproximación a El Dorado, tormentas eléctricas, vientos cruzados y migración de aves), la situación se ha tornado crítica al coincidir con las restricciones programadas en las pistas del complejo aeroportuario de Bogotá que están sometidas a cierres nocturnos por obras (pista norte), restricciones horarias por licencia ambiental, obras en plataforma del Terminal Puente Aéreo y cierres en posiciones de contacto”, argumenta la aerolínea.

También, dice, se registran “fallas recurrentes en el sistema de iluminación de los bordes de pista en los aeropuertos de Bogotá, Cali, Santa Marta y Montería, así como a los cierres programados por mantenimiento en San Andrés, Barranquilla, Cali, Cúcuta, Santa Marta, Cartagena, Medellín y Pereira”.

Todo este conjunto de factores negativos, a primera vista, es lo que ha venido provocando el traumatismo en las operaciones aéreas, que afectan a miles de pasajeros en todo el país.

Por eso, Bocanegra advierte que la situación “es posible que se prolongue hasta finales de enero de 2017, es decir, que la afectación va a continuar”.