A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad Nacional, pues según explican, cuando los vehículos exceden el cupo de pasajeros deben hacer un esfuerzo adicional en el motor, lo que puede ocasionar mayor polución y afectar la calidad del aire.

Por esto, estudiantes de Ingeniería de Sistemas propusieron instalar sensores infrarrojos en los buses del SITP que permitan controlar el flujo de pasajeros y garantizar que no excedan su capacidad.

El primer sensor estaría ubicado en la puerta de entrada y el segundo en la de salida. Cuando las personas ingresen al bus, el sensor de la puerta delantera lo detectará, al igual que la marcación de la tarjeta, y el sistema llevaría el conteo de los pasajeros que van dentro del vehículo.

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“Cada bus tiene un límite de pasajeros, sentados y de pie, de manera que cuando el sistema registre que el límite ha sido alcanzado, la puerta delantera no se volverá a abrir, para asegurar que no se superará la cantidad de pasajeros”, detalla la estudiante Valentina Bueno.

El sensor ubicado en la parte de atrás también llevará el conteo de las personas que bajen del vehículo y el ciclo se irá actualizando para que el sensor delantero permita el ingreso de nuevos pasajeros.

Esta alternativa sería muy útil, ya que, según datos de la Secretaría Distrital de Movilidad, en 2015, del total de vehículos que formaban parte del Parque Automotor de Bogotá, solo el 0,14 % eran buses del SITP.

Sin embargo, según análisis hechos por el Grupo de Investigación en Combustibles Alternativos, Energía y Protección del Medio Ambiente de la Universidad Nacional, el 40 % de las emisiones proviene de vehículos del SITP, lo que ha llevado a que Bogotá emprenda procesos de reducción de contaminantes.

“Aunque la flota del SITP solo es un pequeño porcentaje, los buses producen una polución elevada que no solo afecta a los pasajeros de este transporte público, sino a todos los habitantes de la ciudad sin importar el medio que utilicen para movilizarse”, agregó Bueno.

Los investigadores también tuvieron en cuenta el tamaño de los buses que componen el Sistema: bus de 80 pasajeros, busetón de 50, buseta de 40 y microbús de 19.

Aunque la alternativa de los dos sensores infrarrojos está pensada para vehículos de dos puertas, en el caso del microbús, que solo cuenta con una, el sensor deberá ser configurado para que contabilice a los usuarios que ingresan teniendo en cuenta la marcación de la tarjeta, y los que se bajan solo con el movimiento del torniquete, para que el sensor lo cuente como salida.

“Una buena solución sería aumentar los buses que funcionen con energías alternativas, aunque controlar la capacidad de pasajeros ayudaría a disminuir la polución adicional que genera el esfuerzo del motor”, concluyó Bueno.