La Gobernación argumenta que es necesaria para llevar desarrollo a varias zonas incomunicadas por la violencia. Y que podría beneficiar a más de 5.000 personas de Miraflores, publicó El Espectador.

En ese municipio el transporte actual consiste en una pista de tierra en la que solo pueden aterrizar avionetas con carga mínima de tres toneladas y un transporte fluvial por el río Unilla, y por el cual una embarcación que transporta 60 toneladas se demora cerca de tres días en invierno y entre 8 y 15 días en verano, y solo con el 15 % de la capacidad, dijo una fuente a este periódico.

La carretera se construiría por una trocha que se extiende por cerca de 138 Km que quedó de la época cocalera cuando las Farc dominaban el territorio, y por la que solo pueden transitar camionetas 4X4 o cuatrimotos de aventura, señala la nota.

Si esta trocha se aplana, amplía y pavimenta, se convertiría en la vía por la que entraría la deforestación masiva, las fincas ganaderas y el fin de una promesa que hizo Colombia en la Cumbre de Cambio Climático de París de 2015, al comprometerse a reducir a cero la deforestación en el Amazonas, explica el informe.

Quienes están a favor de la carretera aseguran que se trata de una vía ya establecida que solo necesita mantenimiento y mejoras, y, por lo tanto, no exige licenciamiento ambiental. Quienes se oponen argumentan que eso es una interpretación tramposa de las normas y que la carretera es “ilegal”.

Dentro de las posibles soluciones están la de Héctor Solano, director de Planeación del Departamento, que no descarta construir un tren entre los dos municipios.

Para Rodrigo Botero, director general de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo, se debería discutir la posibilidad de reubicar un municipio como Miraflores y ofrecer así oportunidades económicas reales a sus pobladores, concluye El Espectador.

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