La segunda Misión de ONU en Colombia, desde el próximo 26 de septiembre, se encargará de verificar procesos como la reincorporación de exguerrilleros a la vida civil y que haya garantías de seguridad.

Cabe explicar que el Consejo de Seguridad es el máximo órgano de la ONU, pues cada uno de sus 5 integrantes permanentes (Estados Unidos, Rusia, Francia, China y Reino Unido) tiene poder para vetar cualquier resolución, si considera que esta atenta contra la paz mundial.

En el caso de la segunda Misión de la ONU en Colombia, tanto los representantes de esos países como los 10 miembros no permanentes la aprobaron a través de la resolución 2366.

Al respecto, Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, declaró que la asistencia de su país “se va a centrar en la seguridad. Son numerosos los desafíos, y Estados Unidos brindará el apoyo”.

Desde hace varios días se esperaba que el Consejo de Seguridad de Naciones aprobara la segunda misión.

António Guterres, Secretario General de la ONU, en un informe publicado el 23 de junio, pidió al Consejo de Seguridad respaldar que llegue a Colombia un segundo grupo de verificadores.

Miembros no permanentes del consejo (Suecia, Uruguay, Kazajstán y Bolivia), en respuesta a la solicitud de Guterres, apoyaron “el establecimiento de la segunda Misión”.

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Sin embargo, Guterres enumeró varios aspectos que le preocupan en torno a la implementación de los acuerdos: “La existencia de la economía ilegal, los riesgos que plantean los grupos que se mantienen al margen del proceso de paz, los actos de violencia contra los dirigentes sociales y el reciente asesinato de varios miembros de las Farc”.

“Sigo preocupado por la gran polarización que existe en torno a la implementación del acuerdo de paz, que además podría aumentar durante las elecciones que se celebrarán próximamente”, añadió el Secretario General de al ONU.

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