Su condena no tendrá ningún beneficio ni rebajas, ya que los delitos imputados son acceso carnal y actos sexuales abusivos, catalogados como agravados por ser el padre biológico de una de las víctimas y por tratarse de menores de 14 años, indicó la Fiscalía a través de un comunicado.

La denuncia fue interpuesta por la madre de las niñas en 2013, después de que las menores cansadas de los abusos de su padre y padrastro decidieron contar que él, con el pretexto de llevarlas a hacer mercado, las abusaba en unos potreros.

El procesado, de 50 años, comenzó los abusos con su hijastra cuando ella apenas tenía 12 años, señala el ente acusador:

A partir del año 2006, empezó a tocar de manera indebida y abusar sexualmente de su hijastra en zona rural de Balboa (Risaralda), cuando salían a hacer mercado”.

El sujeto abusó de la menor por cinco años y quiso continuar con los ataques sexuales en Pereira, donde la familia decidió mudarse a vivir. Sin embargo, la adolescente que ya tenía 17 años no accedió a las pretensiones, pese a las amenazas del padrastro quien la obligó a marcharse de la casa, añade el comunicado.

Pero el calvario lo siguió padeciendo su hermanita de 11 años (hija biológica del sujeto), a quien con el mismo pretexto la sacaba de la vivienda todos los sábados, desde el 2009.

“Antes de llegar al establecimiento, la ingresaba a una zona boscosa en el punto conocido como Guaduales de Canaán y allí abusaba de ella”, explica la Fiscalía.

El acusado cometió los abusos con la hija hasta el 2013 cuando se formuló la denuncia, luego se marchó de la vivienda y desapareció.

Fue capturado en noviembre pasado por el CTI y en el mismo departamento y allí aceptó su culpabilidad.

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