Guerrero Rincón fue condenado a 30 años de prisión por la muerte de su hermano Luis Guerrero, jefe de ‘los Luisitos’, en un hecho que se registró el 6 de enero de 2013 en el barrio Villa Nidia, en el norte de Bogotá.

Ese día, según la investigación de la Fiscalía, las dos bandas se citaron en un asadero de pollos del sector para pactar una tregua, en medio de la lucha armada que sostenían por el dominio de territorios para el microtráfico de drogas.

Por el contrario, lo que pretendía ser un almuerzo de diálogo terminó convertido en una balacera, en la que murieron cuatro personas, tres de ellas integrantes de ‘los Pascuales’.

Luego de la masacre, Guerrero Rincón ideó la manera de tomar venganza por el asesinato de sus tres hombres. Fue ahí, según el ente acusador, cuando ordenó “a su hijo Orlando Guerrero asesinar a su tío”.

Como consecuencia de estas muertes, la violencia en ese sector se recrudeció a tal punto que la Policía intervino y capturó a Pascual Guerrero, a su hijo y a otros líderes de la banda rival.

Sin embargo, una mujer de 27 años de la familia Guerrero asumió el mando de la organización delincuencial, y de inmediato se desató una ola de extorsiones en el sector que involucraba a conductores de servicio público, a los que les exigía hasta un millón de pesos mensuales por vehículo para no atentar contra ellos, agrega la Fiscalía en un boletín.

No obstante, la Fiscalía informó en 2014 que Nubia Guerrero Parada había sido capturada y enviada a prisión.

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