En el texto se refieren especialmente al tema del aborto. En este punto recuerdan que en su organización “debido a los rigores de la guerra, no se admitían embarazos”, y por eso “se promovía el uso de anticonceptivos y se entregaba formación para una vida sexual saludable y responsable”.

Además aseguran que “las mujeres embarazadas debían tomar la decisión de asumir su maternidad y retirarse de la fuerza o dar por terminado su estado”, y recalcan que “la decisión era de la mujer y respetada por la organización”.

Sin embargo, los testimonios de las mujeres desmovilizadas, en su mayoría reclutadas forzosamente, han coincidido en que el aborto era realmente la política, y no las dejaban decidir sino que las obligaban porque en las Farc tener un hijo “era un delito”, y se consideraba un “desprestigio para la organización”.

Sara Morales es una de esas mujeres, y en declaraciones a Noticias RCN y Blu Radio rechazó el comunicado del partido Farc, y aseguró que en la zona donde estuvo por once años, incluso, había un ‘campamento aborto’.

Enfatizó en que “ningún aborto o sanción estaba fuera del conocimiento del secretariado”, y que eran precisamente las mujeres de los comandantes las únicas que “tenían la posibilidad de tener sus hijos”.

Agregó que “muchas [mujeres] morían o resultaban enfermas de la infección y lloraban de ver sus criaturas ya formaditas afuera”.

También aclaró que ‘Pastor Alape’ conocía de los abortos, y que se hacían “más de 100 en cuestión de días con ‘citotec’ o unas cucharas para picar a los bebés”.

Sara finalizó diciendo que “las violaciones en las Farc se cometían o a espaldas de los comandantes o con el permiso de algunos de estos porque ellos también participaban de las violaciones”, y que “para ellos entre más pequeña [fuera la niña], mejor”.

La Farc puntualiza en el texto que “si existen casos donde se faltó a la norma, serán juzgados por la JEP y los hombres y mujeres en proceso de reincorporación, se someterán a los designios de los tribunales”.

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Delitos sexuales de las Farc

La polémica inició con el más reciente informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en el que documentó los abusos de los que fueron víctimas las mujeres en el marco del conflicto armado colombiano, en especial de los grupos al margen de la ley, como las guerrillas y los paramilitares.

En ese documento, la principal revelación fue las violaciones de ‘Raúl Reyes’ a las menores que conformaban su escolta personal.

Luego de eso, desde distintos sectores se empezó a pedir la verdad sobre si los integrantes del secretariado de las Farc, que ahora conforman el partido político y aspiran a ocupar curules en el Congreso desde 2018, eran responsables de este tipo de crímenes.

Por esa razón indicaron: “No es casualidad que las calumnias aumenten en la medida en que se amplía la difusión de nuestro mensaje”. También se preguntan si su “presencia electoral” genera “miedo” entre los sectores políticos, porque eso puede estar motivando “tanta difamación y mentira”.

La Farc agrega que esa guerrilla “desarrolló una política de respeto e inclusión de la mujer y apostó por la construcción de valores revolucionarios en los hombres y mujeres” que conformaron sus filas. Lo que ha sido fuertemente rechazado y recriminado, por evidencias de cruentos abusos como los que presentó el CNMH.

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