La censura social resultó más eficaz que la palabrería sobre cadena perpetua

El columnista León Valencia advirtió en Semana que la sociedad colombiana reaccionó, indistintamente, al horrible crimen contra Yuliana Samboní porque esta vez la resignación por los privilegios de la ‘gente de bien’ se rompió cuando los medios de comunicación, principalmente las redes sociales, señalaron al Rafael Uribe Noguera como el presunto autor del crimen.

Antes estas cosas pasaban desapercibidas, eran algo natural, algo normal, privilegios de ‘personas de bien’ que la gente aceptaba con resignación, pero en los últimos tiempos la sociedad civil ha empezado a reaccionar. Fue lo que ocurrió este lunes cuando medios como Las2orillas, SEMANA y otros saltaron el canon y rápidamente le pusieron nombre y rostro a la noticia, las redes sociales se colgaron de allí y organizaciones de mujeres y personas adoloridas por la infamia se fueron a las puertas de la clínica a deshacer las mentiras y a invocar justicia”.

Los periodistas no hemos desarmado el lenguaje

Todavía algunas emisoras y canales de TV siguen llamando a los líderes de las Farc como ‘cabecillas’ y en el resto del país la sociedad, divida en mitades, se aborrece cada vez más justo cuando la situación política debería sugerir justamente lo contrario, afirma María Jimena Duzán en Semana.

Los medios también caímos atrapados por esta polarización: nos pusimos nuestros uniformes del Sí y del No, pero en el camino se nos olvidó que nuestra prioridad era el anhelo de paz de los colombianos. Nos desviamos de nuestras asignaturas por seguir como borregos el Twitter de Álvaro Uribe o del presidente Juan Manuel Santos: por cubrir las peleas, los enfrentamientos, los insultos, como si nuestro oficio periodístico fuera alimentar la polarización con noticias que suscitaban la rabia, la venganza, el odio”.

El crédito de la Corte Constitucional se va por el despeñadero

Porque era, para María Isabel Rueda, el “el último bastión de la separación de poderes”. En su columna dominical en El Tiempo, la periodista afirma que el alto tribunal tiene clara la meta –aprobar el acto legislativo especial–  pero no sabe cómo. El 12 de diciembre se sabrá, pero su credibilidad e independencia están entre dicho, sugirió Rueda.

La Corte Constitucional era el último bastión de la separación de poderes. Yo personalmente no le haré luto: en la reciente encuesta de Pulso País, la Corte ya iguala su positivo con su negativo. Su crédito va por el despeñadero”.

La sociedad colombiana está enferma, y requiere ya de la ‘no violencia’

La exministra Cecilia Álvarez Correa dijo en su columna en El Tiempo, que los colombianos requieren con urgencia un remedio infalible contra los dramas y las atrocidades como la que sufrió la niña Yuliana Samboní y el riesgo de que este crimen se quede en la impunidad, mientras los colombianos se desgarran las vestiduras y piden un castigo ejemplar y rápido contra el culpable y sus encubridores.

La práctica de la no violencia en nuestras vidas es lo que separa al hombre de su naturaleza e instintos animales. Difícil, porque creemos que la crueldad, el insulto, la pelea, el juicio sobre la vida ajena y la venganza son lo que nos hace fuertes. Pero es todo lo contrario, es una mente, una actitud de no violencia, el reemplazo del odio por el amor lo que nos hace grandes”.

¿Somos tan permisivos que le abrimos la puerta a las perversiones?

Tal vez sí, porque la sociedad colombiana ha vivido enferma durante mucho tiempo y tal vez también porque ha “predominando los valores patriarcales y hegemónicos que llevan a un concepto de masculinidad obsoleto”, sostiene Cecilia López Montaño en El Tiempo, esto a propósito del caso de Yuliana Samboní.

¿Se han vuelto ‘normales’ conductas inaceptables? Bajar los estándares de conductas socialmente aceptables sería una de las peores consecuencias de nuestra historia de violencia. Se toman como normales ciertos comportamientos, en vez de interpretarlos como luces rojas de actos peores, y se hace a todo nivel, para nuestra tranquilidad de espíritu”.

Afirmó la columnista y agregó:

¿Por qué mujeres, niños y especialmente niñas? Detrás de toda posible explicación está la obvia: una subvaloración del rol de la mujer, no obstante el verdadero papel que desempeña actualmente; es decir, sigue el machismo ramplón”.

Caso de Yuliana Samboní, invita a revistar la ética de medios y abogados

Así de claro es Ramiro Bejarano en El Tiempo que asegura que es importante en la actual coyuntura adelantar un análisis sobre el papel que cada actor está desempeñando en el cubrimiento y despliegue informativo del homicidio de la niña de 7 años. A los abogados, Bejarano les dice:

Un abogado debe tener claro que debe asesorar y representar a su cliente, nunca convertirse en auxiliador, inspirador o ejecutor de sus conductas criminales, porque de hacerlo ya no está ejerciendo el derecho, sino transitando el Código Penal”.

A los medios los invita a repensar cuál es su rol y a marcar diferencia de objetivos frente a los investigadores de la Fiscalía porque:

Lo cierto es que cuando un medio de comunicación comprueba un detalle tan importante como la identidad de un supuesto criminal, debe revelarlo, porque su función es informar, no acompasar sus noticias al ritmo de ninguna autoridad judicial por poderosa que sea”.

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