Es un deber ético pedir perdón a las víctimas

Maria Jimena Duzán expresa en Semana que no cree que las Farc sean los únicos que deban rendir cuentas después de medio siglo de guerra, masacres, desplazamientos y desapariciones forzosas. También deben hacerlo quienes auspiciaron el paramilitarismo bajo la premisa de estar defendiendo la democracia o al Estado.

Al respecto sostuvo lo siguiente:

No obstante, no creo que ellos sean los únicos que deban rendir cuentas. En estos 50 años de conflicto hubo un sector de la población colombiana que también cometió atropellos, que se alió con el narcotráfico y el paramilitarismo, pensando que esa era la forma de acabar con las Farc; hubo políticos, empresarios y hasta obispos que creyeron en el proyecto paramilitar, que fueron elegidos con sus votos, que formaron parte de la paraeconomía y obispos que le dieron la bendición”.

Duzán está segura que en medio de tantos argumentos encontrados, será muy difícil alcanzar una catarsis completa y la reconciliación del país sería una farsa si la otra parte  involucrada no asume su responsabilidad.

No lean el acuerdo, por favor

Porque se enredan. “Esas fatigosas 297 páginas de una verborreica prosa jurídico-político-técnico-incluyente (“todos y todas” a cada frase)”, en el fondo solo dice una cosa: que las Farc “dejen hacer política sin armas”, sostiene Antonio Caballero en su columna de Semana.

Pero especialmente, Caballero hace énfasis en que el acuerdo general “significa que los guerrilleros de las Farc renuncian a la guerra. Significa que no van a volver a matar soldados ni civiles. Que no van a volver a extorsionar. Que no van a volver a reclutar. Que no van a volver a secuestrar. Que se van a apartar del negocio de las drogas ilícitas. ¿Y a cambio de qué? De que los dejen, ya dije, hacer política en paz, y sin asesinarlos”.

Por eso es que hay que votar a favor de los acuerdos, para que las antiguas posturas políticas dejen de excluir, de satanizar, de aterrorizar y de separar al país.

Una minoría muy poderosa logró imponer su tesis

Sin mencionarlo (ni falta que hace) León Valencia señala al Centro Democrático de ser el responsable de insertar en la mente de los colombianos la contra pregunta (teórica) del plebiscito por la paz: “¿Aprueba usted la impunidad y la participación política de los criminales de las Farc?”.

Y se sorprende que muchos colombianos desprevenidos, y totalmente desinformados, asuman que esa es la pregunta que hay que responder el próximo 2 de octubre en las urnas.

Incluso, la intrusión de esa idea ha logrado calar hasta en las mentes más juiciosas del periodismo nacional que, embestidos con el enorme poder que tienen, han sido capaces de cuestionar la formulación de la pregunta en aras de una supuesta neutralidad que separe la palabra “paz” y la frase “terminación del conflicto” de la pregunta del plebiscito.

“Ese, que fue el título de la agenda que discutieron a lo largo de cuatro años, no puede ser citado en la pregunta del plebiscito según los uribistas y no pocos medios le comen cuento y no pocas personas que presumen de listas ven razonable la demanda”, señaló en Semana.

¿Qué habría dicho Néstor Elí de quienes lamentan la paz?

“Cómo se burlaría de aquellos que desde el ‘pent house’ del edificio Colombia se niegan al perdón para alcanzar la paz, pero cada domingo se persignan y piden al Padre Nuestro perdonar nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos al que nos ofende”, afirma la exministra Cecilia Álvarez en El Tiempo.

La columnista critica a quienes “desinforman sobre el proceso de paz probablemente al servicio de quienes quieren llegar al poder” con la anuencia de algunos medios de comunicación que solo repiten los discursos, las opiniones y las quejas de los que están en contra del proceso con las Farc.

La exministra concluye que “en nuestro edificio Colombia tenemos un gran reto, que es luchar contra las mentiras, las envidias y la sed de sangre y venganza de algunos”.

Las empresas no serán juzgadas por las Farc

Yohir Akerman desmiente al uribismo que supo capitalizar una investigación de la Universidad Javeriana para implantar una idea errónea sobre el Tribunal de Paz y la presunta responsabilidad de 57 grandes compañías colombianas en el patrocinio de la guerra y las muertes en Colombia.

Con relación a eso el analista afirmo:

Publicar eso es irresponsable y contraproducente para la seguridad jurídica de las empresas, sin mencionar que afecta su reputación y puede generar que inversionistas abandonen el país. Pero todos compraron la desinformación de la oposición, incluido el gobierno”.

Y agregó que:

Finalmente el presidente Juan Manuel Santos, para empeorar la situación, trató de enviar un mensaje de tranquilidad y logró todo lo contrario al afirmar que los Tribunales de paz pueden ser una oportunidad para que los empresarios que han sido vinculados injustamente con grupos al margen de la ley limpien su nombre”.

LO ÚLTIMO