“No era su objetivo”, agrega esta columna escrita una semana después de que se cayera en la Comisión Primera de la Cámara el proyecto de Morales y de su esposo, el pastor Carlos Alonso Lucio, “pero le ‘rebotó’ porque la incoherencia es lo que más golpea la autoestima, la inteligencia y lo cotidiano”.

Según Gloria H., la situación que enfrenta ahora la hija de Morales y del también pastor Luis Alfonso Gutiérrez se debe a que “las personas públicas están expuestas a que sus vidas personales queden bajo la lupa social. ¡El precio de la fama!”.

La columnista cree que “debe ser muy fuerte y desgarrador encontrarse con la realidad de una madre, pastora de una iglesia, que rechaza lo que uno es. ¡A nombre de Dios! De una madre que podría avergonzarse de la hija que engendró. Es un drama doloroso de fuertes implicaciones en la autoestima”, porque “‘defraudar’ a la madre es uno de los conflictos más angustiantes para un ser humano. Hay que escoger entre complacer o existir. Entre ser una fotocopia o ser un original. Así, el precio se cobre en valores de la autoestima”.

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También asegura que el “rechazo”, la “condena pública” que “se vive en la casa” de Morales “es el que enfrentan miles de hombres y mujeres en sus propios hogares. Hombres y mujeres que no encuentran un lugar en el corazón de sus progenitores”. Por eso, para la columnista el panorama es “¡Demoledor!”, ya que “no son los hijos e hijas que sus padres anhelaron y existir es ya una ‘contravía’ para la armonía familiar. Su orientación sexual resulta una bofetada para el medio en que crecieron”.

En otra columna publicada este martes en el mismo medio, Aura Lucía Mera le pregunta a Morales: “¿No se le habrá pasado por la mente que, con ese vergonzoso proyecto, le está prohibiendo explícitamente a su única a hija el derecho de adoptar un niño y educarlo con amor y ternura?”.

El referendo que propuso Morales “pone en evidencia de nuevo las posibilidades de regresar a las cavernas, y sobre todo pone en evidencia la eficacia de la ignorancia como arma política electoral”, agrega, por su parte, Ernesto Rueda Suárez en su columna de Vanguardia Liberal.

“No sé si los representantes son tan ignorantes, o solo presumen que los colombianos sí lo somos, y eso hay que aprovecharlo, así causemos inmensos daños a la niñez, pero también a los adultos, que pudiendo hacerlo, no pueden adoptar; y los daños éticos, morales y psicológicos de quienes ya han adoptado con éxito, y que el pretendido y fallido referendo discriminaría y dañaría su dignidad humana. Tanta ignorancia debería ser causal de desinvestidura”, agrega.

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