Así lo asegura el columnista de la revista Semana Daniel Coronell, que lo explica por los cambios demográficos, las transformaciones tecnológicas y las técnicas de recolección de datos usadas por las encuestadoras.

Coronel asegura que la pifia de las encuestadoras no solo es un problema colombiano sino universal.

Los únicos puntos que no aborda Coronell son el hecho de que, equivocadas o no, las encuestas están siendo usadas no solo para reflejar opinión pública sino para modelarla (crear opinión favorable a ciertos candidatos); y el manejo que están dando los medios a las encuestas, evidenciado, por ejemplo, con la minimización de datos relevantes adversos a los candidatos con los que tienen simpatías o compromisos. Por ejemplo, basta solo ver la forma en que se ha tratado la caída libre de Vargas Lleras en casi todas las encuestas.

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Coronell dice que los cambios demográficos afectan la vigencia de la encuesta de encuestas (el censo poblacional), y con más razón las encuestas que lo san como “universo representativo de la sociedad”.

El principal enemigo de los encuestadores ha sido el teléfono celular, pues antes de su llegada solo había el teléfono fijo, y quedaba muy fácil ubicar a grupos familiares concretos y caracterizarlos como pertenecientes al estrato en el que quedaba la vivienda.

“La guía telefónica celular no es pública, y si lo fuera tampoco podría definir tan certeramente la clasificación social del usuario como lo lograban los fijos que hoy parecen estar en vías de extinción”, dice Coronell.

El columnista también cuestiona la técnica de ‘interceptación’ para abordar a encuestados en la calle por la imposibilidad de entrar a los conjuntos residenciales.

El otro factor que afecta a las encuestas es el aumento de la esperanza de vida, que hace que haya cada vez más personas mayores que votan, lo que contrasta con la cantidad de jóvenes que opinan mucho pero poco votan.

Y, finalmente, enuncia el llamado ‘la espiral del silencio’, u ocultamiento de las posturas ‘políticamente incorrectas’ en la encuestas, pero su exteriorización a la hora de efectivamente votar.

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