Los datos que sitúan a Colombia en ese lugar los ofrece la Agencia de Noticias UN, en un artículo publicado el 23 de diciembre pasado, con base en el trabajo de extensión para Colciencias ‘Aporte a la construcción de la política pública de formación de doctores’, pero que pasó inadvertido por la embriaguez y el adormecimiento de las fiestas navideñas.

La crítica situación, según la nota periodística, obedece a la deficiente financiación del sistema de ciencia, tecnología e innovación en el país, y la inexistencia de un equilibrio en los recursos destinados a proyectos y programas doctorales.

Pero hay más datos que explican por qué hay pocos doctores en Colombia, un país en el que, paradójicamente, muchos insisten tozudamente en reclamar para sí esa dignidad.

En el año 2014 el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana, y el Banco Mundial establecieron que en Colombia se invierten 14,97 dólares por habitante en I+D (investigación y desarrollo), mientras que la media en América Latina es de 74,93, y la mundial es de 194,47.

En los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a donde Colombia busca ingresar, esa inversión es de 933,91 dólares, agrega la Agencia de Noticias UN.

“En cuanto a la inversión en I+D con relación al PIB [Producto Interno Bruto], mientras que los miembros de la OCDE dedican un 2,4 %, la media mundial es de 1,8 %, en Latinoamérica es de 0,74 % y Colombia invierte un 0,22 %, para el mismo año”, sigue la información.

Aparte de la inversión, hay otro factor que puede inclinar la balanza para recuperar al país en el ámbito de la formación de doctores: la paz. Alexánder Gómez, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional y coordinador del proyecto ‘Aporte a la construcción de la política pública de formación de doctores’ le dijo a la Agencia de Noticias UN que el fin de la violencia en el país debe convertirse en un punto de inflexión, ya que en la medida en que se garanticen los derechos humanos y la generación de empresa, regionalmente se darán mejores condiciones de crecimiento.

“Creo que la violencia en el país ha hecho difícil crear empresa, por eso los investigadores nos concentramos en la universidades (91 %) y apenas se ven en la industria (1 %), mientras que la industria en países cercanos como México (42 %), Brasil (26 %) o Chile (24 %) se ve impulsada por este importante aporte profesional”, dijo Gómez.

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