Sin embargo, el Estado, a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y Medicina Legal, redujo considerablemente esa cifra y la ubicó en un estimado más cercano a la realidad y con la que se espera identificar los restos mortales de millares de niños, indicó El Espectador.

El esfuerzo institucional, que empezó hace 2 años, permitió la elaboración de los primeros 500 perfiles genéticos (de un total de 4.000 casos de personas no identificadas) que serán entregados a sus familiares más cercanos, para cerrar el duelo que supone la desaparición de un ser querido.

“En 2014 hicimos un barrido en todas las sedes de nuestra institución. Tomamos muestras para hacer el estudio de ADN y elaboramos el perfil que tiene su talla, la región donde vivía y su identificación, en los casos en los que sus datos están guardados en la Registraduría”, detalló Pedro Moreno, patólogo de Medicina Legal.

“Esperamos que de esta manera aquellos colombianos cuyos hijos menores de edad han desaparecido, tengan la posibilidad de acercarse a la verdad sobre la suerte que corrieron sus seres queridos, poniendo fin al dolor y a la incertidumbre que han marcado sus días durante años y, en muchos casos, durante décadas”, señalaron fuentes del Icbf al periódico.

Tras esta iniciativa, también está la intención de que los colombianos, que han sentido temor de buscar a sus hijos o de reclamar algún tipo de ayuda estatal para hallarlos, comprendan que no serán considerados como victimarios, sino como víctimas de reclutamiento forzado, explicó Moreno para El Espectador.

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