Los costos de la guerra son altísimos  y eso debería saberlo de sobra la Presidencia de la República que, sin embargo, presentará en septiembre ante la Asamblea General de la ONU una propuesta para llevar comandos de guerra e instructores tácticos no solo hasta este país asiático, sino a otras regiones del mundo.

Al menos así lo aseguró el comandante del Ejército Nacional, general Alberto José Mejía, al diario El Colombiano.

Nos están ofreciendo (la OTAN) la participación para hacer un despliegue en este país de Asia (Afganistán). Es un tema complicado, pero hay ofrecimiento de misiones tanto de primera línea de combate como de instrucción, entrenamiento y preparación de capacidades de los afganos”, comentó el alto oficial.

De ser así,  todo estaría listo para que el país empiece a exportar soldados con experiencia de combate a regiones apartadas por la guerra, bajo el supuesto de que de “la principal idea es poder lograr que otros países no sufran lo que ha sufrido Colombia”, según dijo el general.

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Hasta ahora, las misiones internacionales del Ejército y de la Policía eran de carácter humanitario. Solo la Fuerza de Paz del Batallón Colombia, apostado en el desierto del Sinaí desde hace 35 años, para vigilar la paz entre Israel y Egipto desde la Guerra de los Seis Días (1967), era la única presencia con capacidad de respuesta militar.

Pero ahora se contempla la posibilidad de que Colombia participe de manera más activa en la guerra internacional contra el grupo Estado Islámico (EI) al que se le atribuye un ataque con granadas a la base de la Fuerza Multinacional de Observadores apostada en la Península del Sinaí hace un año, informó El Tiempo.

La cooperación colombiana a la ONU y gobiernos extranjeros ha sido en asistencia técnica en investigación criminal y lucha antinarcóticos; cooperación para combatir el secuestro y la extorsión; e intercambio de información de inteligencia, según un documento de la oficina de Cooperación Internacional de la Policía Nacional.

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