El medio recoge inicialmente la denuncia que hizo la estudiante Juanita Díaz, de la facultad de Artes de la Javeriana, quien habría sido sometida a un abuso por parte desu compañero Sebastián Guzmán.

Según el relato de la joven, publicado inicialmente en Vice, el caso no fue denunciado inmediatamente ante las autoridades y la Universidad, al conocerlo, expulsó al presunto agresor, quien ya estaba con matrícula condicional por otros casos de agresión sexual contra compañeras.

Según El Espectador, esta universidad pudo haber llevado el tema a las autoridades y haber prestado asistencia a la afectada.

Pese a que la universidad tomó la acción disciplinaria contra Guzmán, su actuar estuvo lejos de ser el ideal en estos casos. ¿No debió, por ejemplo y ante la presencia de varias denuncias, remitir el caso a Medicina Legal y a la Fiscalía? Por lo que se sabe, no hubo tampoco un acompañamiento psicológico a Díaz ni a las otras denunciantes”,

señala El Espectador

El de la Javeriana no sería el único caso de un manejo inadecuado por parte de una institución educativa sobre el tema de la violencia sexual y cita otra denuncia de Vice sobre otra situación que se conoció en Los Andes.

En otro texto de Vice, la profesora de la Universidad de los Andes Isabel Cristina Jaramillo cuenta que a una persona que denunció abuso sexual por parte de un profesor, otro docente le contestó: “¿Usted qué quiere que yo haga? Es el profesor que más plata trae a la facultad”,.

señala el editorial en otro aparte.

El problema perverso para las universidades es que impulsar campañas que empoderen a las víctimas y, por ende, aumenten el número de denuncias (gran parte del silencio se debe a la hostilidad y la impunidad que priman en estas situaciones), genera un dilema de publicidad, como lo denuncia el documental The Hunting Ground. Ninguna quiere ser el espacio donde ocurren tantos casos de violaciones o abusos”,

remata el editorial.

LO ÚLTIMO