“Aunque la frustración y la rabia están justificadas en el diario vivir de los colombianos, eso no es motivo para tomar justicia por mano propia y olvidar la utilidad de las reglas que hemos definido como sociedad”, agrega el diario bogotano.

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Critica a quienes, como espectadores, en las redes sociales y aun en los medios de comunicación, tuvieron la posición común de “celebrar que una ‘víctima’ se le hubiera enfrentado ‘por fin’ a los ‘criminales’ que siempre se salen con la suya”. Para ese medio, eso demuestra “una desconexión entre los discursos nacionales y lo que ocurre en el día a día de este país”.

“La legalidad nos exige ser mejores que nuestros instintos más básicos”, agrega el editorial. “Este tipo de retaliaciones, que se mezclan con el estigma en contra de las personas que cometen los delitos sin una justa proporcionalidad, es la misma que justifica la aniquilación social (mal llamada ‘limpieza’)”.

Si bien admite que parte del problema de vivir en “un mundo imperfecto” es que demasiados casos se quedan sin resolución por parte de la justicia, “eso no es excusa para tomarse las vías de hecho”.

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