Por medio de los escritos fue, precisamente, como la mamá del menor habría descubierto que su tía (familiar del menor en segundo grado) estaba obligando a su hijo a tener relaciones sexuales, desde el mes de abril.

“A finales de junio, lavando las prendas de ropa del menor, la mamá encuentra en el bolsillo de una chaqueta las cartas donde la tía manifestaba las aberraciones que cometía con él”, afirmó en rueda de prensa el mayor Erwin Grijalba, investigador de la Sijín de la Policía.

De inmediato, la progenitora enfrentó a su pariente y la denunció ante las autoridades de la capital.

Durante la investigación se logró determinar que la acusada comenzó visitar la casa donde vivía el niño con más frecuencia para continuar con los abusos sexuales, confirmó el oficial.

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Lo sometía a todo tipo de vejámenes y “le manifestaba su interés por sostener una relación sentimental, sin importarle que se trataba de un menor de edad”, indicó en un comunicado la Policía de Infancia y Adolescencia.

Además, las autoridades lograron establecer que “la mujer amenazaba al adolescente con hacer que sus padres lo castigaran si revelaba la situación y así garantizaba que no la descubrieran”, añadió la Policía.

Esa versión también fue confirmada por la mamá del menor, que dijo a los medios comunicación:

“Esta persona lo tenía convencido [al niño] de que nosotros como papás lo íbamos a castigar. Cuando ganó él confianza nos relató todo lo que venía sucediendo”.

Finalmente, un juez de garantías la envió a una cárcel de mujeres por el delito de abuso sexual con menor de 14 años.