[Al final de esta nota encontrará un sondeo para que opine]

Tampoco se permitirá que con esas palabras los ciudadanos de dirijan a los servidores públicos. “Es hora de entendernos y mirarnos a los ojos. Aquí no importan las diferencias, sino las ideas y trabajar de la mano para que esta ciudad progrese con tolerancia y respeto”, señaló Maurice Armitage, alcalde de la ciudad, de acuerdo con un comunicado en la página web de la alcaldía.

Armitage firmó el primer decreto pedagógico de esta Administración, que establece el respeto a la igualdad y a la promoción de las prácticas de cultura ciudadana en la ciudad, agrega la información.

En ese sentido, la Alcaldía implementó la estrategia ‘Tenemos nombre’ para romper con las barreras del lenguaje que distancian o establecen desigualdad por rangos o cargos, y promover la cercanía entre los servidores públicos y los ciudadanos. “De ahora en adelante, a todas las personas se les llamará por su nombre”, dice el comunicado.

Armitage pide que a él los ciudadanos lo llamen por su nombre o le digan ‘Figurita’. Hace poco al mandatario caleño había dicho que le dice a la gente ‘figura’ porque no recuerda sus nombres de buenas a primeras, recoge El País, de Cali.

“El uso del nombre propio implica un reconocimiento de la identidad del otro como un igual en términos de los seres humanos. No implica necesariamente el riesgo  de perder el respeto, siempre que la relación se entienda y se promueva el uso del nombre como señal para entendernos”, explicó al respecto Carolina Campo, asesora de cultura ciudadana, en el mismo boletín de la Alcaldía.

La medida de la alcaldía de Cali llama la atención porque toca una de las costumbres más arraigadas en Colombia, un país en donde muchos exigen un trato que los deje por encima de sus interlocutores (sobre todo el de ‘doctor’) y otros, no menos numerosos, que están dispuestos a adular con lisonjas y a elevar a quienes no lo son a la categoría de doctores.

LO ÚLTIMO