Según informó la Policía, en un comunicado, los 34 reclusos encabezaban bandas de extorsionistas y hacían llamadas telefónicas para exigir dinero.

Por eso, se adelantó una redada en las cárceles La Picota (Bogotá), Cómbita (Boyacá), Guaduas (Cundinamarca), La Ternera (Bolívar), Las Mercedes (Córdoba), Doña Juana (Caldas), Pedregal (Medellín), Palo Gordo (Santander), San Isidro (Cauca) y La Vega (Sucre), en donde se decomisaron 246 celulares, 205 sim cards, 25 memorias USB, cuatro módem, 53 cargadores y baterías, 29 agendas con información de posibles víctimas y 160 armas blancas, según cita Efe.

“Cabecillas que extorsionaban desde sus celdas, fueron trasladados a cárceles de máxima seguridad para evitar que continúen delinquiendo”, confirmó en Twitter el general Jorge Nieto, director de la Policía.

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Entre las víctimas de estas bandas, según la información, estaban comerciantes, ganaderos, vendedores y personas del común, a quienes los extorsionistas llamaban a nombre de cabecillas de grupos al margen de la ley y pedían medicamentos o equipos de comunicación de difícil adquisición, para que la víctima terminara pagando en efectivo.

Otra de las formas en que operaban era suplantando a las autoridades: “Llamaban a las víctimas para decirles que un familiar acababa de ser detenido, pero que si consignaban un dinero con prontitud sería dejado en libertad”, agregó el comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez.