Dice la asociación de periodistas, a través de El Espectador, que la entidad de control se habría convertido en una plataforma burocrática que sirve a la carta al círculo cercano del contralor de Bogotá y que, de paso, se convirtió en un arma política que estaría al servicio de candidato presidencial Germán Vargas Lleras.

La minuciosa investigación del CdR da cuenta de la millonaria bolsa presupuestal ($137.000 millones) con la que anualmente el contralor Granados administra una nómina de 1.045 empleados públicos, entre quienes hay recomendados políticos, excandidatos a cargos públicos y más de un centenar de asesores externos.

Destaca la investigación que durante el periodo de Granados han pasado por la nómina “las hijas de los magistrados de la Corte Suprema, Leonidas Bustos y Gustavo Malo, y hasta la exesposa de su padrino político, Germán Varón Cotrino”.

La lista de investigados la encabeza el propio contralor Juan Carlos Granados (por el aparente manejo irregular de $5.000 millones mientras fue gobernador de Boyacá) y de ahí hacia abajo aparecen Nelcy Cárdenas Mora, Erwin Arias, María Anayme Barón y Oduber Alexis Ramírez, con procesos en curso, señala CdR.

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El partido Cambio Radical, plataforma política que respaldó a Granados en el Concejo de Bogotá, tiene una alta injerencia en la repartición burocrática de la Contraloría Distrital, así como las demás organizaciones políticas de la llamada coalición del cabildo, explica la asociación independiente.

Otra fiesta es la que viven los políticos que perdieron en las pasadas elecciones regionales la posibilidad de llegar a cargos de liderazgo, pero que en la Contraloría de Granados encontraron un ‘escampadero’ de lujo.

“La mitad (de empleados y contratistas) fueron candidatos que perdieron en las elecciones regionales de 2015 en Bogotá, Boyacá o Tolima. En términos políticos, en la Contraloría hay un pabellón de “quemados” ocupando cargos claves”, indica el CdR.

Además, la investigación sugiere que Germán Vargas Lleras estaría utilizando la Contraloría para minar el camino presidencial de Gustavo Petro y marcar una diferencia con la administración del alcalde Enrique Peñalosa.

“Si tomo una decisión contra la pasada administración, me critican. Si la tomo contra la actual, también. Hacer control fiscal es la labor para la que me eligieron y eso es lo que he venido haciendo”, dijo Granados a El Espectador.

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