Por lo menos unos 50.000 bonaverenses se unieron al grito de “el pueblo no se rinde carajo” para insistir en sus reclamaciones al Gobierno Nacional, y a la vez rechazar los actos de violencia y vandalismo del pasado viernes.

“Buenaventura se respeta, estamos marchando por nuestros derechos, ya no aguantamos más”, dijo Mercedes Osorio a El País de Cali.

Así como esta mujer, miles de ciudadanos exigen mejoras en infraestructura y celeridad en las obras que van a garantizar agua potable y salud para la población.

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También, agrega ese medio, por las “promesas incumplidas” del Gobierno en cuanto a educación, empleo, seguridad y otras necesidades básicas que los habitantes llevan esperando varios años.

Los obispos del Pacífico colombiano también le pidieron hoy al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos “hacer sus mejores esfuerzos” para cumplir con acuerdos pactados con habitantes de Buenaventura y Chocó que, con paros cívicos, solicitan más inversiones del Estado, según cita Efe.