El sujeto y su hermano habían bebido en una tienda del pueblo hasta que el dueño del establecimiento decidió que era hora de cobrar las bebidas y cerrar, provocando la ira de los dos clientes, relata El Espectador.

Entonces empezó una discusión, pasó de las palabras a los golpes y terminó con machetes, cuchillos, y heridos en el centro de salud.

Una vez allí, los dos hombres recibieron atención médica oportuna, según el gerente del puesto de salud, Aldemar Arturo Gaona Peñaranda, a quien cita El Espectador; y los médicos decidieron remitir a uno de los heridos al hospital de Ocaña.

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Su hermano, iracundo, “destrozó equipos médicos de alta tecnología, rompió vidrios, computadores, puertas y televisores de la sala de espera”, además de agredir a médicos y enfermeras, narra el diario.

Víctor Nahun Arenas Ortiz, el dueño de la tienda, presenció todo desde un baño del centro de salud, temiendo ser agredido nuevamente. Le pusieron 30 puntos, según relató a El Espectador.

Según el medio citado, el hombre que ocasionó los daños “regresó impune a su vereda”.

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