Bavaria emitió un comunicado este martes aclarando que es “absolutamente imposible que un cuerpo extraño con estas características salga” de sus líneas de producción, y que al analizar esa botella se encontró que el envase fue “manipulado”.

Después de realizar las pruebas técnicas al producto, con total confianza y propiedad podemos afirmar que se trata de un caso de ‘retape’ donde el producto original es destapado, manipulado y vuelto a tapar”, dice.

Además, la compañía cervecera advirtió que estas “prácticas malintencionadas” ponen en riesgo la salud de los consumidores, y que de paso “afectan la reputación” de la empresa y sus productos.

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La denuncia de la lagartija en la cerveza fue publicada este martes en el diario El Heraldo, y replicada por varios medios de comunicación, en donde se recogía el caso de Javier Tilano, un joven que aseguraba haber encontrado el animal muerto en el instante en que se disponía a destapar la botella, aparentemente de una Águila Light.

“Si el envase era negro no me hubiera dado cuenta y me tomaba eso”, explicó Tilano a ese medio, que dijo que a cambio recibió otra cerveza en la tienda en donde estaba con varios amigos.

También, dijo que su intención no es “demandar ni (pedir) plata”, sino hacer un llamado para que no se cometan estos errores.

Pero ahora que se aclaró la situación, y que El Heraldo publicó esta respuesta, cabe resaltar que el mismo medio advirtió que el pasado noviembre de 2016 se desmanteló una banda “que se dedicaba a adulterar y comercializar cervezas en Baranoa y Sabanalarga”, y que “los delincuentes las envasaban en recipientes vacíos y rendían la bebida con agua”.

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