El uniformado muerto, identificado como Carlos Andrés Rubio Domínguez, es un auxiliar regular (no bachiller) de 19 años que estaba en la garita, y que fue impactado por un disparo en la cabeza, pudo establecer Pulzo en fuentes de la Policía. Luego fue arrastrado y dejado al lado de una caneca, pero cuando llegaron sus compañeros a auxiliarlo en una camioneta Duster fue activado un explosivo cuya detonación lesionó a los otros policías.

Este medio también conoció que tres de ellos fueron trasladados al hospital Cardioinfantil: el intendente Wilfredo Velásquez Camacho, adscrito al CAI Codito, que presenta ruptura de la membrana del tímpano izquierdo, laceraciones en brazos y antebrazo izquierdo y una esquirla en el ojo derecho; el subintendente Yahír Elías Patiño Avendaño, del CAI Verbenal, que no tiene heridas abiertas pero presenta aturdimiento por la honda explosiva; y el patrullero Freiman Geovanny Cruz Hernández, también del CAI Verbenal, que presenta esquirlas en las extremidades inferiores y en el rostro, una de las cuales afectó levemente su ojo izquierdo.

Los otros cuatro uniformados heridos que permanecen en el hospital Simón Bolívar son el patrullero Jhonathan Dulcey Patiño, que presenta heridas en la pierna izquierda por esquirlas; el patrullero Wílmer Jaimes Bonet, que tiene heridas en las dos piernas y traumas en la cabeza y abdomen, por la explosión; el subintendente Yeison Triana Mendoza, con heridas en la pierna izquierda; y el patrullero Edwin Roa Torres, que tiene traumas en tejidos blandos.

Todos prestaban servicio de seguridad en ese sector poco poblado de las afueras de Bogotá en el que hay un puesto de control de la Policía y una subestación eléctrica.

Las personas que cometieron el atentado se llevaron el fusil que portaba el auxiliar Rubio Domínguez.

Sobre los autores del atentado, la principal hipótesis de las autoridades apunta a las milicias urbanas del Eln, según Caracol Radio, que citó fuentes de la Policía y dijo que los investigadores creen que son auxiliadores, colaboradores de esa guerrilla por la forma como actuaron, por la manera en que llegaron al puesto de control de la Policía.

“La Policía considera que quienes hicieron este atentado son experimentados. No son cualquier tipo de gatilleros o sicarios y explosivistas. Plantean también que esta acción criminal es propia de una guerrilla, de un grupo armado que planeó muy bien le hecho. No es delincuencia común”, dijo el periodista Francisco Argüello, de esa emisora.

Sin embargo, para este jueves se espera que el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, entregue sus primeras impresiones sobre el hecho.

En julio del año pasado una decena de personas resultaron heridas por la explosión de dos artefactos en sendas oficinas del fondo de pensiones Porvenir en el norte y el occidente de Bogotá que fueron atribuidas al Eln.

Con información de EFE

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