Los cuerpos de los dos niños, de ocho y nueve años de edad, fueron hallados este lunes por organismos de socorro en zona rural de la población de Inzá, sepultados en un predio que pertenece al padre del homicida.

Así lo dio a conocer Proclama del Cauca, medio que afirma que los pequeños Wepe y Sek Rivera Parra eran hijos de Jhon Albert Rivera Ramírez, y que el agresor los había sacado con engaños de la casa de sus abuelos el pasado viernes.

Un día después de que los menores fueran reportados como desaparecidos, la Policía fue alertada del ataque con bisturí a una mujer de 28 años que se desempeñaba como auxiliar de enfermería. La agresión contra Edith Jhoana Parra, miembro de un resguardo indígena, ocurrió en un inquilinato del centro de la ciudad, informó El País de Cali.

Allí mismo, dice, Rivera Ramírez se propinó varias heridas con el arma y fue trasladado a un hospital, en donde finalmente confesó a investigadores de la Sijín lo que había hecho con sus hijos y en dónde los había escondido.

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“Las personas que colaboraron con las autoridades indicaron que como los niños eran muy apegados a él, la noche de viernes aprovechó para sacarlos de la casa y suministrarles un medicamento desconocido. Parece que uno murió a los pocos minutos, mientras que el otro, el mayorcito, que estaba en silla de ruedas, se resistió y se enfrentó a este sujeto, quien lo empezó a golpear hasta matarlo. Luego ubicó los cadáveres de los dos angelitos en un hueco”, explicaron, al medio regional, indígenas de la zona.

En medio del asombro de la comunidad por este triple homicidio, autoridades esperan que el hombre, de 40 años, se recupere de las heridas para proceder a judicializarlo por delitos de feminicidio y asesinato.

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