Aunque cinco de los sobrevientes (los defensores Alan Ruschel y Neto, el periodista Rafael Henzel, la azafata Ximena Suárez y el técnico de la aeronave Erwin Tumiri) fueron hospitalizados y según el reporte médico están fuera de peligro, la historia más triste es la del portero Jackson Ragnar Follmann, al que le tuvieron que amputar una pierna para salvarle la vida, según confirmó a medios de comunicación el médico Guillermo León Molina, del Hospital San Juan de Dios de Medellín.

Follmann, de 24 años, se encuentra en estado crítico en el hospital, y el accidente le ocurrió en el mejor momento de su carrera deportiva.

Si bien era el portero suplente de Chapecoense ya había jugado un partido en la segunda fase de Copa Sudamericana contra Cuiabá, aunque en ese juego no le fue muy bien ya que perdieron 1-0 de visita.

No obstante, su equipo ganó 3-1 en el partido de vuelta y se clasificó a octavos, aunque para ese encuentro Follmann estuvo en el banco de suplentes.

Al respecto, los padres del portero coinciden en que es “un milagro” que su hijo esté vivo, porque saben que en un accidente aéreo las probabilidades de sobrevivir son casi nulas, indica el diario Globo de Brasil.