El acto de destrucción se hizo en una bodega en donde están los contenedores con todo el armamento que entregaron las Farc, y contó con la presencia del presidente Juan Manuel Santos; el vicepresidente Óscar Naranjo; el Jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault; el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, e ‘Iván Márquez’, miembro del comité político de la desmovilizada guerrilla.

Las armas fueron retiradas de los contenedores e inventariadas nuevamente. Luego, se les hizo un corte por plasma y con disco diamantado para separar las partes y dejar solo el material que se va a derretir.

“Todas las armas largas, siguiendo el protocolo, mantienen toda su forma original, excepto pistolas y revólveres. Los cortes son en cañón, boca de gases, la recámara y todo lo que es el mecanismo. Lo más importante del proceso es que esta arma está inhabilitada, y pasa a la zona de registro”, explicó un integrante de la ONU sobre los cortes que se les hizo con el disco.

Al término de este proceso, las armas fueron embaladas nuevamente y guardadas en los contenedores.

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“El armamento pasará a fundirse para realizar los tres monumentos que se ubicarán en Estados Unidos (en la sede de la ONU en Nueva York), Cuba y Colombia, en cumplimiento de lo pactado en los acuerdos de paz”, explicó Presidencia en un comunicado.

Con este acto oficial se da por terminada la dejación de armas por parte de las Farc, que entregaron 8.994 elementos en las 26 zonas veredales ubicadas en el país.

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