Tras el anuncio del fallo que anuló su reelección, Ordóñez aseguró que su salida es el primer acuerdo de La Habana que se cumple, pues según dijo, una de las condiciones que habrían impuesto las Farc para negociar fue la de sacarlo de su cargo.

En su intervención de salida del cargo, dice que que “acata, pero no comparte” la decisón y la asume con resignación cristiana. Sin embargo, a renglón seguido se contradice porque entre líneas acusa al Consejo de Estado de prestarse a las presuntas presiones de quienes se beneficiarían con su salida, como el Gobierno.

Presionaron mi salida por decir no a la impunidad, por repudiar que le otorguen el derecho a gobernar a Colombia a perpetradores de atrocidades, por oponerme al rompimiento del orden constitucional que impone el Gobierno, por defender la vida y la familia”.

También dijo que no va a presentar ningún recurso contra el fallo que lo sacó de su puesto, a dos meses del final de su período. Sin embargo, no dijo que en este caso no existen recursos porque se trata de un fallo adoptado por la plenaria del Consejo de Estado.

Respeto y acato la decisión del Consejo de Estado. Soy un hombre de Estado, defensor de las instituciones. No comparto la decisión, pero la respeto, por tratarse de uno de nuestros máximos tribunales, del cual además fui magistrado”.

En otro de los apartes de su intervención, Ordóñez señaló que tampoco va a acudir a la justicia internacional, en una alusión a la estrategia de uno de sus contradictores, el exalcalde Gustavo Petro, quien logró que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo devolviera al cargo del que lo destituyó.

En su discurso, Ordóñez acusó al presidente Santos de haber promovido su salida:

Comprendo el odio de Timochenko y el resentimiento de Juan Manuel Santos, pero un procurador de bolsillo le decía si a todo con el pretexto de la paz”.

También dice que con su salida, el control al Gobierno desaparece, porque él era el único que confrontaba al presidente.

Aseguró que la paz no puede justificarlo todo, menos que “un presidente haga lo que se le dé la gana y que le permitan a perpetradores el derecho de gobiernan el país”.

La salida del funcionario no lo inhabilita para ejercer algún cargo público en el futuro, porque el fallo no es una sanción.

Tampoco se ponen en riesgo las determinaciones que adoptó, salvo aquellas que se encuentran demandadas ante diferentes instancias de la justicia.

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