Se trata de Fernando Rojas, que, en diálogo con Caracol Radio, abundó en aspectos del perfil sicológico del criminal Julio Alberto Reyes, a quien una juez dejó en libertad antes de que terminara de pagar 22 años de cárcel por haber matado en 2006 a dos personas y dejara gravemente herida a su compañera sentimental de entonces.

“Nosotros nunca estuvimos de acuerdo con la relación”, recuerda Rojas, y agrega que entre las razones por las que tenían dudas sobre él estaba “la forma como miraba”.

“Cuando uno lo confrontaba como hombre, él agachaba la mirada. Él no era capaz de mirar a los hombres de frente y sostener una conversación”, remarca el cuñado de Claudia Giovanna. “Pero a una mujer la miraba de una forma siempre fija, sin mover una pestaña, sin moverse nada”.

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“A mí me impactaba muchísimo porque cuando hablaba con Claudia pareciera que estuvieran peleando siempre. No. Estaban era hablando. Él siempre hablaba de manera directa con Claudia”, siguió en el su relato Rojas. “Eso nos motivaba como a desconfiar. Sin embargo, Claudia nunca dijo: ‘Me maltrató, me pegó, me insultó’. Porque si hace eso desde el comienzo, nosotros de una vez nos le metemos ahí a tratar de ayudarla desde el primer día”.

También recordó que ninguno en la familia sabía que Reyes andaba armado. “Él cuando echó el cuento, cuando supimos que había estado en la cárcel, dijo que como trabajaba con relojes Rolex, había sido atracado y que en defensa propia había podido eliminar a los dos asaltantes”, dijo Rojas. “Entonces, nosotros no lo vimos como un asesino, sino como una persona que se libró antes de que le hicieran daño”.

Por eso, cuando le preguntaron por qué se iba a ir para Medellín y se iba a llevar a Claudia Giovanna, dijo que la familia de los supuestos ladrones a los que él había matado lo estaba buscando para matarlo también.

“En Medellín se desata la agresión porque la vio sola. La vio sola e inmediatamente le prohibió maquillarse, le prohibió vestirse de determinada forma; no podía tener amigos, no podía llamar a ningún hombre, no podía comprar absolutamente nada. Nada es nada”, añadió Rojas.

Reveló que Claudia Giovanna le contó cuando llegó a Bogotá que fue torturada, maltratada y violentada “en todo sentido” durante el tiempo en que vivió con él, “y que la misión de él era matarla, matar a la hija de ella, matar al bebé, matar a la mamá, matar a la hermana”.

“Él no trabajaba. A él la mamá le pagaba todo. Le daba plata. Claudia me decía que ella vivía en un apartamento muy costoso. No era de él, sino de la mamá, de la familia de ellos en El Poblado”, sostuvo Rojas.

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