Critica a los protagonistas de estos escándalos (el presidente de Estados Unidos, periodistas, congresistas, presentadores de televisión) literalmente, por no ‘saber pedirlo’. Y a las mujeres objeto de estas peticiones, por no saber no darlo. Da la razón a Trump cuando decía que las mujeres eran más susceptibles a dejarse “agarrar el coño” cuando uno es rico.

Para Caballero, sin guardar las proporciones se ha pretendido incluir dentro de la categoría de abuso sexual cosas que en realidad no lo son y que eso termina banalizándolo (volverlo superficial, poco importante) y disculpándolo.

“Proponer un masaje puede ser de mal gusto, pero no es una agresión sexual. Coger una rodilla por debajo de la mesa puede ser de mala educación, pero no es un acoso machista (ni feminista). Tratar de dar un beso en la boca sin haber sido invitado puede ser una impertinencia, pero no es un empalamiento. Palmotear una mano, echar una mirada libidinosa, no son actitudes criminales. Hay que guardar las proporciones. Eso es lo normal: como las danzas nupciales que hacen algunos pájaros”, dice Caballero en Semana.

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Caballero pone muchas de estas conductas en el ritual de la seducción el apareamiento.

“Pretender que toda propuesta sexual es indecente, que toda insinuación sexual es inaceptable, que toda mirada de intención sexual es condenable, que todo piropo de índole sexual es criminal, conduce a la desaparición de las relaciones amorosas, y sí, sexuales, entre los varios sexos”, dice Caballero.

Sin estas conductas de seducción y apareamiento, Alejandro Ordóñez no hubiera tenido hijas; Álvaro Uribe, a Tom y Jerry, Claudia López, novias.

En la última línea de su columna Caballero da la razón a quienes lo critican por no poder dejar de lado el tema de Uribe de sus columnas. Lo más curioso de todo es que cuando dejó de hacerlo (de mencionar a Uribe) es cuando más discusión y polémica generó su columna. Cosa que hace mucho tiempo no lograba.

Estas son algunas de las opiniones que se han compartido vía Twitter sobre la columna de Caballero:

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