La comunicación, que en un principio era privada, se difundió en redes sociales como forma de protesta ante la absurda y “retrógrada” exigencia de Smart, como muchos la califican:

A través de este mensaje quiero comunicarles que el día de mañana, 2 de febrero, es el día sin carro, por lo cual es importante recordarles que está prohibido llegar a su lugar de trabajo en bicicleta o cualquier otro medio de transporte que requiera esfuerzo físico de parte de ustedes, pues no es apropiado empezar su horario laboral con aspecto de cansancio físico o una vestimenta no apropiada para las exigencias del servicio”.

En la comunicación, con fecha del primero de febrero, se hace una advertencia para el que no acate la orden:

No se permitirá el ingreso a las sedes de funcionarios que lleguen a su turno utilizando este tipo de medios de transporte. Espero que la instrucción sea clara y precisa, y acatada literalmente”.

Este es el comunicado:

Imagen del correo de Smart

Una vez se difundió esta información, usuarios en redes sociales rechazaron la prohibición por considerar que mientras en otros casos hay incentivos para quienes lleguen a sus sitios de trabajo en bicicleta, como reseña Ámbito Jurídico, en este caso no se les permita el traslado sabiendo que hoy es el día sin carro y sin moto en Bogotá.

Por eso, publicaron imágenes de apoyo a los docentes para mostrar que no necesariamente se llega mal vestido y “con aspecto de cansancio” a trabajar.

La posición de Smart para el día sin carro contrasta con la invitación que hizo la Alcaldía de Bogotá para incentivar el uso de la bicicleta, además de varias empresas, pues según dice el Distrito esta es la oportunidad para hacer deporte y descontaminar el ambiente.

No obstante, pareciera que a Smart le importa más el aspecto físico que la integración de sus empleados.

Pulzo.com trató de obtener la versión de Smart sobre este caso, pero no fue posible.

Por eso, se recoge la declaración que entregó Sergio Bello, gerente general de la institución, a El Espectador:

Sinceramente queríamos velar por la imagen de nuestros profesores y hacer un llamado a las personas para que hagan un uso razonable de esta actividad porque prestamos un servicio de educación. En algún momento tuvimos quejas de estudiantes porque un profesor llegó sudado y mal presentado”.

Además, según el impreso, el gerente explicó que la academia no prohíbe el uso de las biciletas y que en varias sedes hay espacios apropiados para quienes van en bici.

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