“Si Néstor Humberto se convirtiera en Fiscal, sería un conflicto de intereses ambulante”

Las cuentas de Coronell señalan que pueden pasar entre seis semanas y dos meses antes de que se inicien las votaciones en la Corte Suprema de Justicia para elegir al Fiscal. “El candidato más perjudicado con la demora va a ser el imbatible” Néstor Humberto Martínez, advierte Coronell en su columna.

Martínez también saldría afectado porque “la delantera lograda en un año de campaña se empieza a diluir ahora que tiene contendores activos”, agrega Coronell. En ese sentido, destaca que los competidores de Martínez (Mónica Cifuentes y Yesid Reyes) “están haciendo lo suyo para acortar la distancia que por año y medio les tomó Néstor Humberto en su aspiración”.

En ese tiempo —continúa Coronell—, Martínez logró, entre otras cosas, en “un espectáculo […] de contorsionismo político”, convertirse al mismo tiempo “en el candidato favorito de Juan Manuel Santos y de Álvaro Uribe, de Germán Vargas Lleras y del procurador Alejandro Ordóñez”.

Pero eso no es todo: también pudo erigirse como “la carta preferida de los grupos económicos, de los terratenientes que no quieren devolver los baldíos, de las compañías mineras y de varios de los opinadores más influyentes de Colombia, entre otros”.

Para Coronell, todo eso constituye la estrategia de Martínez, elaborada con minuciosos cálculos, como la que planeaba el coyote de los dibujos animados para cazar al correcaminos. En este caso, la estrategia de Martínez debía desembocar en una elección rápida en la Corte Suprema.

Tanto es así, que “la semana pasada se hablaba de un veloz pupitrazo sin audiencias a los candidatos”, que debería producirse en estos días, recuerda Coronell. Pero Martínez “empieza a convertirse en un ganador demorado. Su planeada proclamación no va ya por la autopista 4G -que él había previsto- sino por el lento y tortuoso camino de herradura de las decisiones de la Corte”, dice el columnista.

“Hoy [Martínez] todavía tiene todas las ventajas pero las elecciones de fiscal tienden a dar sorpresas. Sería toda una poesía si uno de los correcaminos le gana al coyote”, concluye Coronell.