Así lo asegura la revista Semana, luego de que el asesor de mercadeo político brasileño ‘Duda’ Mendonça revelara que parte de sus honorarios de asesoría a Zuluaga, 1,6 millones de dólares, habían sido pagados por la firma constructora Odebrecht, involucrada en escándalos de corrupción a lo largo del continente.

El pago de la constructora a un eventual ganador tendría sentido, pues este sería eventualmente retribuido con contratos de obras del Estado.

Ante un país obsesionado por el tema de la corrupción, es imposible defender al presidente del Centro Democrático (Zuluaga) por más rutinaria que sea la irregularidad en la cual incurrió”, dice Semana.

La revista asegura que a pesar de los 7 millones de votos que obtuvo contra Juan Manuel Santos en la última elección, y liderar las encuestas, Zuluaga no encarna la renovación que Uribe está buscando para recuperar el poder.

“Muchos observadores, sin embargo, consideran que esos votos no fueron del candidato derrotado, sino simplemente endosados por Uribe y que están disponibles para quien él unja”, dice Semana, quien agrega que el corazoncito de Uribe está con el senador Iván Duque.

El problema es que Iván Duque también salió salpicado del escándalo de Odebrecht, pues asistió a la misma reunión a la que fue Zuluaga, junto con su hijo David, con el brasileño ‘Duda’ Mendonça.

“Para Álvaro Uribe es incómodo tener que defender a Duque mientras que simultáneamente está zafando a Zuluaga por el caso de Odebrecht”, dice Semana.

Analistas y opinadores creen que la lápida para Zuluaga se debe extender a Duque, a pesar de que este último “eludió cualquier responsabilidad por haberlo acompañado en el primer viaje a Brasil”, dice El Tiempo, citándolo: “Cualquier tema relacionado con pagos corresponde al doctor Zuluaga y a su equipo administrativo.

Soplan vientos de agitación en las irascibles toldas uribistas, pues dos de los tres aspirantes del Centro Democrático a la Presidencia, Óscar Iván Zuluaga e Iván Duque, naufragaron antes de embarcarse”, dice el columnista de El Espectador Ramiro Bejarano.

A pesar de que ID quiso adelantarse a que los medios divulgaran su presencia en ese perverso encuentro, lo cual era inminente, lo cierto es que no logró matar el cuento, ni tampoco convenció”, agrega Bejarano.

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