El jueves, el Gobierno y las Farc acordaron el fin del conflicto, la entrega de las armas y la desmovilización de los guerrilleros.
- Las diferencias se resuelven hablando
“(…) llegaron a un acuerdo, imperfecto, sin duda, pero que introduce una idea revolucionaria para la historia del país: las diferencias se resuelven hablando, no disparando. Noble y sencillo ideal que hace falta en el diario vivir de los colombianos… qué tal que el país entero decidiera abandonar la violencia y empezar, ahora sí, a solucionar los problemas profundos que tenemos, pero juntos, bajo las reglas del respeto, de la democracia”. Editorial El Espectador.
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- Cambios que garanticen justicia
“Pero (el acuerdo) exige de verdad unos cambios históricos, nada melodramáticos, pero hechos con grandeza y pensando en la gente, cambios que garanticen un poco de justicia en el país más desigual del continente, ingreso social para los jóvenes, y convocar de verdad a la comunidad a inventar una paz con imaginación que nos incluya a todos, que traiga algo nuevo a nuestras vidas. Exigiría también frente a la oposición, que está en su derecho de pensar distinto, un lenguaje más respetuoso, menos lleno de desplantes y de arrogancia”. William Ospina, El Espectador.
- Nada de ‘castrochavismo’
“(…) El acuerdo que será alcanzado, según lo que ya se conoce, no sólo beneficia a los guerrilleros (como algunos han argumentado), sino que sobre todo es globalmente bueno para la sociedad colombiana. Uno puede discrepar de puntos específicos, pero un análisis sereno lleva a concluir que si se cumple lo pactado tendremos, dentro del marco de una economía de mercado, un desarrollo rural más dinámico y equitativo, una participación democrática más robusta y plural, y una política de drogas más razonable. Nada de castrochavismo, pero sí un esfuerzo notable por superar nuestras iniquidades y deficiencias democráticas”. Rodrigo Uprimny, El Espectador.
- Cambiar la violencia por los votos
“Si de verdad se cumple que la guerrilla funde las armas y forma un movimiento político, y si se cumple también que el Estado deja de usar grupos paramilitares como brazo violento en la clandestinidad, habremos llegado al fin a la primera aspiración de toda democracia: reemplazar la violencia por el debate, la discusión y los votos”. Héctor Abad, El Espectador.
- Exigencia de tolerancia
“(…) hay que reconocer que las verdaderas condiciones para la paz no existen todavía. Nos abocamos a un proceso a mediano y largo plazo, que exigirá a los colombianos tolerancia y paciencia pero también mucha decisión política”. Piedad Bonnett, El Espectador.
- Plebiscito, oportunidad para sepultar la muerte
“(…) de autorizar la Corte Constitucional el plebiscito, esa será ocasión inolvidable para sepultar la muerte, el terror y sus pavorosos sostenedores. Los colombianos tienen la feliz oportunidad de expresar el deseo irrevocable de apoyar la paz, y decirles no a quienes hasta el último día de la guerra abogaban para que continuara el conflicto interno, la barbarie y la destrucción”. Ramiro Bejarano, El Espectador.
- Lo que no se negoció
“No se ha acabado la propiedad privada, no se va a expulsar a las multinacionales y se les respetarán sus contratos, no se ha terminado la separación de poderes”. Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado, en El Espectador.
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