De ese total, el 91,6 % de las víctimas fueron mujeres, constata el estudio, titulado ‘La guerra inscrita en el cuerpo’, primero sobre violencia sexual de ámbito nacional que abarca las más de cinco décadas de conflicto.

Los grupos paramilitares son los principales responsables de los actos de violencia sexual con 4.837 casos, que representan el 32,2 % del total, inmediatamente seguidos por las guerrillas, que acumulan 4.722 ataques, el 31,5 % del total.

Los datos del estudio provienen principalmente del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH y del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

El informe reconoce que los datos recopilados podrían no ser definitivos porque “el actual panorama de las cifras de violencia sexual en el conflicto armado colombiano aún están permeadas por silencios y dificultades técnicas”.

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La violencia sexual “fue ejercida de manera ininterrumpida” durante todo el conflicto armado, según el CNMH, pero hay dos momentos “críticos” en los que esta aumentó.

Entre 1997 y 2005 se dieron más de la mitad de los casos, un total de 8.242, con un pico de casi 1.400 ataques solo en 2002.

Ese periodo coincide con la expansión parcial de los paramilitares y el fortalecimiento de entonces guerrilla Farc.

Asimismo, entre 2006 y 2017 se produjeron 4.157 actos de violencia sexual, cuando el Eln tomó fuerza.

La violencia sexual se perpetró especialmente a lo largo de toda la región andina y en las costas en estos departamentos: Antioquia es la región con más casos (2.800), seguido de Magdalena (1.741 casos), Nariño (985 casos) y (912 casos), en el norte.

Las mujeres entre 15 y 19 años son las más afectadas y las de etnia afrocolombiana sufrieron el 8,3 % de los actos violentos, una carga “desproporcionada sobre las personas negras”.

La publicación del CNMH recopila como actos de violencia sexual las violaciones, la prostitución forzada, imposición de desnudez, acoso sexual, mutilaciones de órganos sexuales, embarazos forzados, acoso sexual y esterilizaciones obligadas, entre otros.

El acto violento más repetido son las violaciones, mayoritariamente perpetradas sobre mujeres.

Las conclusiones del informe llaman a que “todos los grupos armados, legales e ilegales, reconozcan la ocurrencia de la violencia sexual” y “realicen actos de perdón a las víctimas”.

El CNMH insiste particularmente a las FARC para “el reconocimiento de los hechos de violencia sexual de los cuales son responsables, como parte de las medidas de reparación y voluntad de paz que el actual proceso demanda.”

“Las mujeres cargan en sus cuerpos la memoria atroz de una violencia que ha dejado silencio y desolación”, concluye.

EFE

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