La zona en cuestión es la del municipio de Tumaco y alrededores, en poblaciones como Barbacoas, Magüí Payán, Francisco Pizarro, El Charco y La Tola, donde operaban dos estructuras de las Farc, la columna Daniel Aldana y el Frente 29. Según Ávila, actualmente existen 12 grupos criminales que se disputan metro a metro el control de Tumaco y de la costa pacífica nariñense. El conflicto en la zona ha ganado resonancia tras el secuestro y posterior asesinato del equipo de prensa del diario ecuatoriano El Comercio, en la zona fronteriza con Colombia, por parte de disidencias de las Farc.

“¿Por qué es la disputa? 23.000 hectáreas de coca, zona de laboratorios de clorhidrato de cocaína y ruta de salida de droga”, afirmó Ávila en Hora 20, y especificó que dos de esos grupos, el frente Oliver Sinisterra (liderado por alias ‘Guacho’) y Guerrillas Unidas del Pacífico, se componen por desertores de las Farc.

“También está el Clan del Golfo, el ELN, un grupo que se llama Gente del Orden, otro que se llama Los Negritos, y así sucesivamente, aunque los más importantes son el frente Oliver Sinisterra, Guerrillas Unidas del Pacífico, el Clan del Golfo, el ELN y La Empresa”, ilustró el columnista.

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En adición, cuenta que la guerra en la frontera también tiene nuevos jugadores, como los llamados ‘mexicanos’; delegados del cartel de Sinaloa y el cartel Jalisco Nueva Generación que están detrás del control del lado ecuatoriano de la frontera.

La presencia de estos grupos criminales en esta región fue uno de los temas en el Gran debate del Pacífico, organizado por Telepacífico, Caracol Radio, el País y Red + Noticias. “Todas son mafias. No hay guerrillas disidentes y bacrimes en armas. Todas son el mismo tipo de organización criminal girando alrededor de la cocaína” dijo Gustavo Petro, que presentó como solución para estas poblaciones la sustitución de tierras y de cultivos y una presencia del Estado que no choque con los intereses de las comunidades.

No obstante, es la restitución de tierras un motivo más en este caldo de cultivo de violencia, que ha enfrentado a colonos y negros, situación en donde la gente de alias ‘Guacho’, por ejemplo, termina apoyando a los colonos y desplazando a los otros.

Humberto De la Calle dijo que “no hay disidencias de las Farc”, en referencia a que quien no hizo parte del acuerdo de paz hay que combatirlo. Germán Vargas Lleras, por su parte, opinó lo contrario: “las Farc no pueden dejar una retaguardia narcomilitar que particularmente opera en el suroccidente de Colombia”.