Estas acciones delincuenciales quedaron recopiladas en unos videos de cámaras y dispositivos instalados por la Policía Federal, que intenta combatir la inseguridad a menos de cinco meses para que comience la cita olímpica.
En las imágenes se aprecia que los menores actúan en grupo y bajo la complicidad de varios adultos. Incluso, en las escenas se ve que los atracos y raponazos ocurren ante la mirada de testigos que ni se preocupan por ayudar a la víctima, así sea una mujer o un anciano.
Y no es solo en las calles, este otro experimento muestra la facilidad con la que engañan y roban también en las playas de Brasil.
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Aunque las autoridades creen que este brote de inseguridad obedece a la situación política por la que atraviesa el país, y porque las bandas delincuenciales quieren retomar el control de varias favelas desalojadas después del Mundial de 2014, lo cierto es que el mensaje que le llega al Comité Olímpico Internacional y al turismo no es el más alentador.
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