En el video profusamente difundido en redes sociales pocas horas después de que terminara el operativo se ve cómo un grupo de uniformados, desde la terraza de una vivienda, apunta y dispara un rocket contra la casa donde se escondía Pérez. En fracción de segundos, la construcción desapareció en medio de una nube de polvo.

A Pérez, oficial célebre por haber robado un helicóptero desde el que disparó granadas contra el Tribunal Supremo, y por haber sustraído fusiles de una guarnición militar, las tropas del régimen lo encontraron y rodearon este lunes en El Junquito, cerca de Caracas.

Allí, el operativo involucró a unos mil hombres que emplearon no solo armas como fusiles, sino lanzagranadas RPG y hasta tanquetas. Pero el golpe definitivo se lo dieron con un Rocket que, literalmente, desapareció la edificación donde se escondía.

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Si bien Pérez y sus acompañantes estaban fuertemente armados, él dejó registrado en varios videos que publicó en Instagram el propósito de rendirse. Primero dijo que estaba negociando su entrega con “funcionarios” y con la policía, pero después arrecieron las descargas que prácticamente le impidieron hablar. Unos minutos después de las explosiones de granadas, aparecía con el rostro ensangrentado, pero seguía manifestando su intención de entregarse, casi que en tono de súplica.

“Tenemos heridos, estamos heridos. Nos siguen disparando”, dijo en el último video que publicó. “¡Nos vamos a entregar! ¡No sigan disparandooo!”, gritó en medio del tableteo de los disparos de las tropas oficiales contra la casa.

El desproporcionado ataque de las tropas oficiales, entonces, constituye una ejecución extraoficial puesto que los militares desoyeron los anuncios de los rebeldes de entregarse y, por el contrario, los aplastaron, literalmente, con unos medios de guerra muy superiores a la capacidad de resistencia de los sublevados.

Los anuncios de entrega, el empleo de banderas blancas o las manos en alto son signos universales inequívocos de rendición que las fuerzas vencedoras están obligadas a oír, en todo caso, por consideraciones humanitarias.

El video del fulminante ataque a Pérez habla por sí solo:

Pocos minutos después de que se difundiera el video, también circuló en redes una foto del que sería el cadáver de Pérez, en medio de los escombros de la vivienda destruida. Se trata de una información extraoficial, porque hasta este martes por la mañana el régimen de Maduro no había confirmado ni negado la muerte del piloto rebelde.

Nota: en la versión original de este artículo se dijo que el ataque de las fuerzas del régimen constituía una flagrante infracción al Derecho Internacional Humanitario (DIH), pero no es así porque ese sistema de derecho internacional no cubre situaciones de tensiones internas ni de disturbios interiores, como son los actos aislados de violencia. Solo es aplicable cuando se ha desencadenado un conflicto y se aplica por igual a todas las partes, sin tener en cuenta quién lo inició.

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