James Hamilton, Juan Carlos Cruz y Juan Andrés Murillo, víctimas de Karadima, acusaron al papa de no querer oír las denuncias sobre el obispo de Osorno, Juan Barros, a quien señalan como encubridor de las atrocidades cometidas por aquel.

“El papa Francisco desaprovechó una gran oportunidad: la de escuchar a la comunidad de Osorno y a quienes hemos afirmado que el obispo Barros había encubierto los abusos de Karadima”, dijo Murillo en un comunicado leído ante medios de prensa.

La activa participación de Barros en las tres misas que el pontífice ofició en Santiago, Temuco e Iquique, pese a las acusaciones de haber callado los abusos que Karadima, provocó una gran polémica.

Fernando Karadima abusó de menores mientras era sacerdote de una parroquia en un exclusivo barrio de Santiago en la década de los ochenta. No fue juzgado por tribunales chilenos ya que el delito había prescrito, pero el Vaticano lo acusó de abuso y lo condenó a “retirarse a una vida de oración y penitencia” en 2011, un año después de destaparse el escándalo.

El artículo continúa abajo

Antes de dejar Chile, el papa manifestó a una radio local que no existían pruebas de que Barros haya encubierto a Karadima. “El día que me traigan pruebas ahí voy a hablar. Lo demás son calumnias, porque no hay ninguna prueba”, aseveró Francisco antes de la liturgia que ofició en Iquique.

“Lo que ha hecho el papa hoy es ofensivo y doloroso”, afirmó, por su parte Hamilton. “El papa ha desoído todos estos hechos y nos ha acusado de faltar a la verdad, de decir calumnias”, agregó.

Desde el año 2000, unos 80 curas han sido acusados de abusos sexuales contra menores, según la ONG estadounidense Bishop Accountability.

Con AFP

LO ÚLTIMO