Gritos propios de pasajeros de una montaña rusa se mezclaron con el estruendo de la enorme masa de hielo que cayó a las 10:55 de la mañana sobre el Lago Argentino, del majestuoso Parque Nacional Los Glaciares, en la Patagonia, a unos 2.000 km al suroeste de Buenos Aires.

La expectativa creció el segundo día de iniciado el desprendimiento de enormes bloques de hielo que culminó con la caída final de un arco de hielo ante la vista de más de 3.000 turistas.

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“Es un espectáculo único que obviamente incrementó el número de visitas para esta época del año”, dijo a la AFP Matilde Oviedo, portavoz del parque nacional Los Glaciares.

En Argentina, donde está por empezar el otoño, este parque viene de recibir durante el verano un promedio de 4.500 turistas por día.

La ruptura del glaciar “suele atraer a miles de curiosos cuando llega la hora de este fenómeno”, explicó Oviedo. Los encargados del parque aclaran que se trata de un fenómeno completamente natural que se produce por lo general cada dos a cuatro años, aunque entre 1988 y 2004 pasó 16 años sin romperse.

Luego, desde 2004 volvió al intervalo que se conocía, fracturándose en 2008, 2012 y ahora este año.

El Perito Moreno fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Mientras las cámaras de los celulares de los turistas y de científicos y canales de televisión estuvieron paradas durante largas horas desde el martes para registrar la fractura final, los expertos advertían que el fenómeno podía ocurrir a cualquier hora del día.

“No tiene que ver con que si al mediodía hay más sol o hace un poco más de calor se produzca en ese momento”, dijo Oviedo.

“Se puede estar en la parte de pasarelas (del parque) mientras haya luz y por la mañana se puede ingresar desde las 8. Cada ruptura es diferente, ha habido rupturas en febrero y marzo, pero una vez hubo en julio”, precisó la portavoz de este parque rodeado de cerros con nieves eternas que se van depositando sobre el glaciar.

AFP

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