Una vez a salvo en los puertos italianos de Taranto y Pozzallo, supervivientes contaron al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y a la ONG Save the Children cómo su barco se hundió el jueves por la mañana en altamar.

“Nunca sabremos el número exacto, nunca conoceremos su identidad, pero los supervivientes cuentan que murieron unas 500 personas”, publicó en Twitter Carlotta Sami, portavoz del ACNUR.

Sin embargo, el Acnur cree que hasta 700 personas podrían haber muerto durante esta semana en el Mediterráneo, tras la desaparición de 100 personas después del hundimiento de un barco el miércoles y los 45 cuerpos recuperados de un naufragio que tuvo lugar el viernes.

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Giovanna Di Benedetto, portavoz de Save the Children en Sicilia, contó a la AFP que era imposible verificar las cifras, pero los supervivientes del hundimiento del jueves contaron que unas 1.100 personas salieron de Libia el miércoles en dos barcos de pesca y en un bote.

“El primer barco, con unas 500 personas a bordo, fue supuestamente remolcado al segundo, que llevaba otras 500 personas. Pero el segundo barco comenzó a hundirse. Algunos migrantes intentaron nadar hasta el primero, otras se aferraban a la cuerda que unía ambas embarcaciones”, dijo.

Según los supervivientes, el capitán sudanés del primer barco cortó la cuerda, que se rompió y decapitó a una mujer. El segundo bote se hundió rápidamente, llevándose consigo a quienes iban hacinados en la bodega.

El sudanés fue arrestado a su llegada a Pozzalo junto a otros tres supuestos traficantes de personas, dijeron los medios italianos.

“Durante dos horas luchamos contra el agua pero fue inútil. El barco comenzó a inundarse, y los que se encontraban bajo la cubierta no tuvieron suerte. Mujeres, hombres, niños, muchos niños, quedaron atrapados, y se ahogaron”, contó una chica nigeriana a los mediadores culturales, según el diario La Stampa.

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