Exempleados que denuncian fraude, técnicas de venta polémicas: la justicia de Estados Unidos publicó nuevos documentos incómodos para la “universidad” fundada por Donald Trump en 2004 que hoy le valen una investigación por engaño.

Mientras que la Universidad Trump fingía ayudar a ganar dinero en bienes raíces, lo único que le interesaba era vender costosos seminarios”,

declaró el exdirector de ventas Ronald Schnackenberg en una declaración por escrito.

Schnackenberg renunció en 2007 por prácticas “engañosas, fraudulentas y deshonestas”, haciéndose eco de quejas colectivas de los antiguos “alumnos” que aseguran haber sido estafados.

Jason Nicholas, otro exempleado, admitió que los seminarios estaban a cargo de personas “no calificadas que se hacían pasar por el ‘brazo derecho’ de Donald Trump”.

“Era una fachada, una mentira total”, dijo en su declaración.

La justicia publicó manuales que detallan las técnicas de venta: impulsaban a eventuales clientes a desembolsar hasta 35.000 dólares para “formarse” en los seminarios y así conseguir una fortuna como la de Trump.

Díganles que han encontrado solución a sus problemas y una manera de cambiar sus vidas”,

indica uno de los manuales, donde se precisa desde la ubicación de las sillas hasta la temperatura ideal para persuadir.

La adhesión comienza ahí. Asegúrense de felicitar al comprador, darle un apretón de manos, y establecer contacto visual”,

puede leerse en las instrucciones en las que los vendedores son obligados a rechazar “la falta de dinero como una excusa” para no incorporarse a la “universidad”.

Contactado por AFP, un vocero de Trump estimó que esos documentos no fundamentan bien la demanda y que, por el contrario, revelan un “importante grado de satisfacción” de parte de los estudiantes.

Trump siempre ha defendido su universidad y ha acusado de parcialidad al juez californiano a cargo del caso, Gonzalo Curiel, de quien dijo que le es desfavorable porque es “mexicano”.

Curiel nació en Indiana, Estados Unidos.

Con AFP.

LO ÚLTIMO