Según los afectados, cuando subieron al avión e iban a sentarse en las sillas que les correspondían, encontraron a un hombre que estaba dormido allí. Por eso, decidieron ocupar otros asientos en la misma clase económica, informa Mashable. Los novios habían hecho un trasbordo en el aeropuerto de Houston, pero no pudieron volar por el requerimiento de la tripulación.

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Sin embargo, Maggie Schmerin, portavoz de la aerolínea, entregó una versión distinta: los novios quisieron ocupar sillas en una clase más costosa, por la que no habían pagado. Además, no siguieron las instrucciones de la tripulación de regresar a sus asientos. Por eso, se les pidió que bajaran del avión, añade The Washington Post.

Pero los afectados dan más detalles: en efecto se les pidió que dejaran el avión, pero algunos agentes de seguridad fueron llamados para que hicieran presencia en el lugar. Después del incidente del médico que fue evacuado a rastras del avión la semana anterior, negarse era una mala idea. Hohl dijo:

Lo hicimos educadamente, en silencio y sin complicaciones. Llegamos a la puerta y preguntamos por qué (los estaban bajando del avión), y ellos dijeron que porque estábamos en la silla incorrecta y estábamos siendo disruptivos”.

Schmerin, de United, por su parte, dice que en el avión se les preguntó a los evacuados si querían pagar más para viajar en una clase más costosa, pero ellos se negaron. Además, dice la portavoz, la aerolínea les ofreció una noche de hotel de cortesía y reagendar el vuelo para el domingo en la mañana (el incidente ocurrió el sábado), como finalmente sucedió.

A pesar de que todavía no se saben bien las circunstancias, lo único cierto es que una semana después del escándalo por la evacuación de un pasajero a la fuerza (y que le causó algunas heridas) este nuevo caso no le cae para nada bien al prestigio de United, que por estos días está por el suelo.

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